Según informa el sindicato ANPE aumentan los casos de ansiedad entre los profesores por violencia escolar. Una de las causas puede ser, a mi juicio, que vivimos en una sociedad en la que el relativismo moral parece que domina a sus anchas, o está presente en muchas conductas, aunque no en todas. El punto de vista de los sujetos no es algo absoluto que está por encima de la verdad. El relativismo subjetivista establece que la propia subjetividad es la que define la verdad. Como decía el sofista Protágoras: «Lo que a mí me parece verdad, eso es verdad para mí».
El empeoramiento de los comportamientos puede ser debido a varias razones. El aumento de la ratio de alumnos, el incremento de horas lectivas, la reducción de los programas de atención a la diversidad, etc. Con menos horas lectivas para los profesores, y clases con menos alumnos el control de los comportamientos será menos complicado. El reconocimiento de la gran labor de los docentes debe ser algo generalizado por parte de toda la sociedad.
Es cierto que hace varios decenios el enfoque de la enseñanza era autoritario, pero tampoco se puede caer en el extremo contrario, y aumentar la permisividad hasta límites increíbles. La reconocida figura del profesor, como autoridad pública, es algo muy positivo para apoyar a los docentes en sus funciones. Pero se necesita más.
Ya que, si no se percibe la existencia real de un convencimiento general, de la importancia de los valores morales y del respeto, las actitudes y los comportamientos no serán, probablemente, los más adecuados en algunos casos.
Según Jesús Niño coordinador del servicio del Defensor del Profesor: «Las familias tienen que hacer un esfuerzo para hablar muy bien de los docentes». En efecto, ser profesor es una actividad muy difícil y meritoria. Se requieren bastantes años de formación, y muchísimas horas de estudio, lectura, investigación, etc., ya realizadas y acumuladas. Y esto no se debe despreciar o minusvalorar. Por tanto es obligado que los estudiantes, y, de modo general, toda la sociedad valore y respete a los profesores. Esta es una de las soluciones al problema de la falta de disciplina, o debería serlo. Y existen más soluciones.
El sindicato ANPE señala que aumentan los casos de ciberacoso, la falta de respeto de los estudiantes, y los problemas para dar clase, denuncias falsas, el acoso y las agresiones físicas de los progenitores. También es cierto que depende de los ambientes socioeconómicos de las diversas zonas territoriales españolas, y de otras numerosas circunstancias.
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