Snapchat, la red social de mayor popularidad entre los jóvenes se enfrenta a una demanda que casi nadie hubiera imaginado que llegaría a producirse algún día. La plataforma ha sido acusada por un niño de 14 años y su madre de mostrar contenidos pornográficos a través de su sección “Discovery”.
Tras observar cómo su hijo utilizaba Snapchat y los contenidos que le aparecían la madre no ha dudado en demandar a la red social por no notificar a los padres de forma previa la presencia de este tipo de pornografía.
En la denuncia podemos ver como se afirma que Snapchat ha priorizado la monetización de “Discovery” por encima de la seguridad de los menores. Un comportamiento que estaría violando la ley de Decencia en las Comunicaciones de Estados Unidos.
“Millones de padres en los Estados Unidos no son conscientes de que Snapchat está seleccionando y publicando contenido profundamente pornográfico y, por lo tanto, ofensivo para sus hijos”, recoge la demanda.
Entre los contenidos que han sido catalogados como pornográficos aparecen títulos como “Las 23 imágenes que son demasiado reales si alguna vez has tenido sexo con un pene” (publicado por BuzzFeed) o “10 cosas que él piensa cuando no te consigue llevar al orgasmo”.
Snapchat no ha tardado en responder a las acusaciones asegurando que los medios de comunicación que publican contenidos en “Discovery” cuentan con absoluta independencia editorial. Eso sí, no ha dudado en pedir perdón a todos aquellos que se hayan podido sentir ofendidos por las imágenes pornográficas.
Por otra parte, un tipo de 60 años adquiere un niño y se lo trasiega a su habitación para violarle cuando lo desee. Trato especulativo que en Camboya se obtiene por menos de 400 euros. En las azuladas costas meridionales, miles de chavales ofrecen sus morfologías por 10 euros. “En ocasiones la explotación sexual es espontánea porque muchos niños hacen cualquier cosa con tal de conseguir dinero. Otras veces hay grupos criminales envueltos, o pueden ser las propias familias las que venden a sus hijos para sobrevivir. Y también hay casos en los que los niños se organizan y se prostituyen creando sus propias redes”. “La pornografía es el fascismo diario de las democracias”, afirmó Catharine A. MacKinnon.
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