Con el máximo respeto al presidente del Gobierno, puede decirse que su actitud de aceptar ser candidato a la presidencia, y decir que no sabe la fecha en la que se presentará o no a la investidura no es razonable. Porque la Constitución no prevé, que el candidato propuesto, no solicite la confianza de la cámara. Según se lee en los puntos o apartados 1, 2 y 3 del artículo 99 de la Constitución. Y Rajoy acepta intentar formar gobierno, pero no garantiza presentarse a la investidura. Algo que me parece que no está sujeto a interpretación, porque el artículo citado es muy claro, y no deja espacio a dudas y ambigüedades.
Aunque, si ha dicho que, en ningún caso, solicitará la confianza o se presentará a la investidura, si posee los apoyos necesarios, hasta que no estén aprobados los Presupuestos Generales del Estado, y firmados los acuerdos económicos con la Unión Europea, que será a más tardar el 10 de octubre, ya da indicios de que a mediados de septiembre solicitará la confianza o se presentará a la investidura, si posee los apoyos necesarios. Esta indefinición, no demuestra sentido de estado, porque está poniendo en duda lo que ordena la Constitución.
También es cierto que Ana Pastor gestionará los plazos y hablará con el candidato para fijar la fecha del pleno de investidura. Y lo más probable es que no consiga el respaldo suficiente para presentarse, en vista de lo que ha sucedido estos últimos meses.
Un país no se puede permitir una espera tan larga. Aunque se quiera justificar con la estabilidad económica. Los presupuestos se podrán prorrogar o aprobar de todas formas, si se celebrara en la primera quincena de agosto la investidura. Y los compromisos económicos con Bruselas que tienen que ser firmados, no justifican el aplazamiento. Se podrían acordar igualmente, si no hubiera más remedio. No parece serio.
Da la impresión de que el presidente del Gobierno se está aferrando al poder, y cree que la mejor estrategia es resistir a toda costa. Ya que tal vez logre gobernar en minoría, con la hipotética abstención del PSOE. Aunque Sánchez haya dicho que votarán no.
Esta actitud de Rajoy también fortalece al líder de los socialistas, porque le da más tiempo, para buscar nuevas salidas a la situación de bloqueo, y refuerza su poder en la dirección de su formación.
Se puede pensar que lo más sensato, era que Rajoy al aceptar la designación del Rey como candidato a la presidencia, hubiera decidido presentarse a la investidura, lo más pronto posible, y no jugar con los tiempos políticos, en beneficio propio y de su partido. Y dejar paso a otro candidato, y si no, ir a terceras elecciones, lo antes posible. Además, ya ha dicho Rivera que no apoyará un gobierno del Partido Popular con Rajoy al frente. Si bien, el propio Rajoy ha referido, que Rivera no se lo ha dicho en las conversaciones que han mantenido, por lo que ha expresado en la comparecencia ante los medios de comunicación, para informar de su candidatura a la presidencia, y de que va a intentar formar gobierno, aunque sea en minoría.
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