Los científicos que están preparando astronautas para prolongadas misiones en la Luna, en asteroides o en Marte quieren asegurarse de que cuando regresen a casa gocen de buena salud.
El hombre hace gala de una inclinación nata por explorar lo desconocido y hay quienes dicen que la “última frontera” es el espacio sideral, pero científicos han advertido que el ser humano no está hecho para soportar largos períodos lejos de la Tierra.
Según un reportaje publicado en el diario The New York Times, los científicos que están preparando astronautas para misiones en la Luna, en asteroides o en Marte quieren asegurarse de que cuando regresen a casa gocen de buena salud, pero aún hay muchas interrogantes.
Primero que todo vivimos en un planeta con más del 70 por ciento de su superficie cubierta por agua, y nuestros cuerpos contienen alrededor de esa misma proporción del líquido. Cuando la gravedad es cero el agua flota, lo que eleva la presión intracraneal.
Esa puede ser la razón de que hace cinco años científicos que viajaron como astronautas y pasaron mayor tiempo en la Estación Espacial Internacional reportaron graduales cambios en la vista.
La pérdida ósea fue uno de los primeros problemas reportados por astronautas a su regreso a la Tierra luego de prolongadas estadías en el espacio exterior. Y también ha habido otras dificultades como problemas con la alimentación, el sueño y las radiaciones.
Otro problema está dado por la imposibilidad de sostener conversaciones en tiempo real con los astronautas durante vuelos de larga duración, como sería el de Marte, ya que la respuesta a una pregunta demoraría minutos en llegar.
La agencia espacial estadounidense NASA planea enviar para la década de 2030 seres humanos a Marte en una misión que duraría alrededor de dos años y medio, casi seis veces más que el mayor tiempo que ha pasado un hombre en el espacio hasta ahora.
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