¿No hay que decir, que el mal y la maldad se adueñan del Estado, en sociedades no democráticas y, en Estados no democráticos, pero pueden derivar, al menos, en estos dos últimos siglos, de sociedades que eran democráticas, es decir, la antigua teoría sociopolítica de Platón y Aristóteles, de la degradación de los sistemas políticos…?
¿Por lo cual, toda generación, tiene que tener la ocupación y la preocupación, que su sistema social o sociopolítico, aunque no sea perfecto, si es democrático o si es semidemocrático, no camine o encamine hacia sistemas no democráticos, por un conjunto de razones o motivos, u otros, y después llevan a sistemas no democráticos, que claramente, se enderecen, postulen, en mayor o menor grado posiciones y conceptos del mal y de la maldad, en unos puntos o en otros…?
– ¿No debemos olvidar, que un individuo, colectivo, entidad, sociedad o Estado cae en el mal o en la maldad, en mayor o menor grado, cuando no postula teóricamente, unos principios éticos y morales correctos, mostrados y demostrados por la evolución histórica de siglos, cuándo no sigue una norma, aunque sea general y amplia, de una adecuada religiosidad y espiritualidad, de individuos y colectivos…?
¿La moral correcta, la religiosidad-espiritualidad más racional y prudente y mesurada son los elementos esenciales, para que individuos y colectivos y sociedades y Estados, cada entidad con su poder, en algunos casos enorme poder, no caigan en el mal y la maldad? ¿Porque no olvidemos, que igual que un individuo puede caer en el mal, con consecuencias perniciosas para él o su familia, o su empresa o su trabajo, también pueden caer colectivos o entidades, incluso ocupar el poder máximo, o parte o gran parte de los poderes intermedios de la sociedad…, sean económicos, sociales, medios de comunicación, culturales, etc.?
– ¿Qué sucede o ha sucedido, que una persona buena se convierta en malo o en un grado enorme de maldad, y que esa persona ocupe altos niveles de responsabilidad y de poder, sea social, económico, político, cultural, e incluso religioso, y después esa maldad la vaya filtrando según su poder y su responsabilidad por sus ámbitos de influencia…?
¿Podríamos poner nombres históricos, pero busquen ustedes en su memoria y en las hemerotecas, como niños y adolescentes buenos, de un grado alto de bondad, en algunos casos, de idealismo, de filantropía, después se convierten en agentes del mal y de la maldad, aunque siempre hay que decirlo, lo bueno no siempre es totalmente bueno, lo malo no es totalmente malo, a y en todos los ámbitos de la realidad social o humana o antropológica o psicológica o ética o moral, en sentido estricto…?
– ¿No podemos olvidar, que todo poder, sea pequeño o grande, lleva dentro de sí una metafísica o una antimetafísica, sea ésta solo filosófica, o sea también religiosa o espiritual? ¿Por lo cual, todo poder, no solo defiende una idea o ideas de sociedad, sino también de hombre, de prsente y de futuro, de y en multitud de campos de la realidad, pero sobretodo también, una idea de Dios, de lo sagrado, de lo religioso, de lo espiritual, del mundo de ahora y del después, a favor o en contra?
¿Olvidar esto, es no ser consciente, al juego que se está jugando, todos y cada uno de los días de la vida de un ser humano, de un colectivo, de una sociedad, de una Cultura o del Estado? ¡Es decir, es las luchas eternas entre el bien y el mal, nos guste o disguste, o pueda parecer demasiado simple, dar un vaso de agua o una sonrisa, puede y es un bien, en general, pero también existen elementos de mal y de maldad, a grandes niveles o a bajo nivel, que afectan a pocas personas o a cientos de millones…? ¡Esta es la cuestión profunda que siempre estamos dilucidando, nos guste o no, y esto se rellena o adorna de cuestiones económicas, sociales, culturales, antropológicas, psicológicas, etc.!
– ¿Entre las muchas perplejidades, que han ocurrido en estos dos últimos siglos, pero suponemos que de otras maneras y otras formas, en siglos anteriores, pero en estos tenemos muchos más datos, es como sociedades que en un momento defienden grandes niveles de principios éticos y jurídicos, que incluso son punteros en el mundo racional y científico y técnico, de su momento y época, por diversidad de razones, internas y externas, pueden caer en un grado de mal y de maldad enorme…?
¿Incluso cuándo esas sociedades, en general, o en mayor grado están habitadas por seres humanos, que se podrían indicar son buenos o aspiran al bien, por qué esas entidades sociopolíticas se decantan hacia el mal…? ¿O mejor dicho existen múltiples razones y motivos, pero entre todas no explican ese proceso, diríamos que si no se pone en la ecuación, del mal moral y del pecado, del bien y del mal en sí, si no se sitúa el problema en ese orden de cosas, no se entiende nada, no se comprende nada, solo aspectos parciales…?
¿Bueno, sería en los tiempos y geografías actuales, ser consciente del pasado de estos dos últimos siglos, especialmente el último, bueno sería, en estos tiempos actuales, en la enorme vorágine de cuestiones y de hechos y de datos que suceden, de ideologías y de grupos de presión de todo tipo, que no olvidásemos esta cuestión y cuestiones…? ¡Bueno sería, paz y bien…!
Los comentarios están cerrados.