A pesar de que la proclamación de la palabra de Dios está prohibida y penalizada con la muerte en India, el evangelista puertorriqueño Joseph Vargas regresó a ese país para continuar con su misión de llevar alimento al necesitado y compartir su fe con miles de hindúes que arribaron un terreno que fue habilitado en Songadh, Tapide Gujarath para la celebración del Festival de Buenas Noticias.
“India es rica en cultura, su gente muy noble y dulce. Es preciso ver las multitudes que vienen a escuchar el mensaje de Esperanza en Jesús. Venían de todas partes a disfrutar de una atmósfera de paz y amor. Venían deseosos de la oración por sus necesidades, y allí recibían abrazos, alimento, buena música y un mensaje de Esperanza para sus familias”, relató Vargas.
Añadió, “el mayor reto que enfrentamos en este viaje fue celebrar el Festival de Buenas Noticias en un país en donde apenas hace una semana un misionero fue asesinado, ya que es prohibida la evangelización pública. Debido a que no podíamos anunciar por medios de comunicación el evento, le pagamos a los choferes de guaguas que se fueran a las aldeas anunciando en las mismas que se les proveería transporte al terreno donde teníamos el encuentro”.
Miles llegaron desde aldeas y barrios hasta Songadh,en Guajarath para participar del Festival de Buenas Noticias que se extendió desde el 30 de noviembre hasta el 3 de diciembre y sirvió como marco de una jornada en la que unos 250 niños fueron alimentados en los “slums” de Mumbai. Los registros del evento indicaron que unos 1,700 hindúes y gujurathis reconocieron a Jesucristo como salvador de sus vidas.
Para el evangelista y su equipo de trabajo las misiones no se detienen en Puerto Rico por lo que para la Navidad estarán como en todos los años visitando los niños en hospitales y en los barrios distantes de la montaña, provocando sonrisas con regalos y esperanza.
El ministerio de Vargas sostiene un orfanato en Malakapalli, India y otros dos orfanatos en África en donde realiza festivales de milagros con la asistencia de sobre 30 mil personas. Durante 21 años, Vargas ha compartido su fe en cuatro continentes alrededor del mundo.
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