Llevamos ya setenta años, intentado la Unión Europea, cierto en paz y en tolerancia y en mutuo acuerdo. Ya, son tres generaciones, ya es hora que este sueño-visión-ideal se haga realidad. Ahora es un materialismo-idealismo en paz y en la paz. Nos merecemos formar-ser-estar en un Estado o un Estado Federal…
Releyendo y parafraseando y reflexionando y remeditando la carta Europa o el caos con fecha del 25 enero del 2013, que se publicó en una decena de periódicos europeos, firmada por una docena de intelectuales y pensadores sobre la esencialidad y necesidad de Europa indicaba en su prefacio: “Europa no está en crisis, está muriéndose / No Europa como territorio, naturalmente/ Sino Europa como Idea./ Europa como sueño y como proyecto”.
Europa desde la caída de Roma, al menos, en toda la geografía del Oeste, ha estado anhelando siglo tras siglo la unidad, volver a la unidad, la unidad política, y todos los órdenes que sustentan lo político y es sustentada por la política.
Europa es la geografía de la libertad, igual que han atravesado nuestra historia, siglo tras siglo, siempre con las banderas de la guerra y guerras, por unas razones o por otras, Europa es un sueño que ha estado siempre en nosotros, un sueño largo y larguísimo. No debemos dejar que ese sueño de seres despiertos y de seres durmientes desaparezca, se muera por inanidad psicológica, por estar inermes ante la realidad. Europa es el continente cultural e ideológico, que hoy por hoy, sustenta más derechos teóricos y reales y prácticos a cada ciudadano, a cada entidad colectiva o ideológica o étnica o religiosa o cultural o filosófica…
No podemos dejar que este sueño de siglos, que ahora, parecía si iba a materializar, se destruya, que nosotros mismos lo dejemos morir, no podemos dejar que todas las presiones del exterior, que son muchas, no permitan que este sueño no se haga realidad. Un sueño que hemos anhelado durante las travesías de los siglos, hasta ahora siempre intentándolo con las armas, ahora, solo con la paz y el acuerdo y la tolerancia y los derechos humanos y la democracia.
Europa, en el conjunto del mundo hoy, es pequeño en territorio, pequeño en demografía, pequeño en otros vectores, pero Europa es grande, grande en ideas, grande en derechos, grandes en libertad, grandes en sueños. No podemos dejar que este anhelo-deseo-pasión por Europa muera. Que el Estado del bienestar alcanzado, nos sirva, no para despertar y seguir caminando, sino para irnos durmiendo y dejando que la muerte de Europa siga avanzando en la misma Europa.
No todo es perfecto en Europa, no somos ilusos, pero si sabemos que con la racionalidad y la moralidad correcta y con todos los grados de Derechos Humanos, actuales y los que halla que ir conquistando, podremos avanzar en todo, pero para ello, tenemos que continuar con este deseo-sueño-anhelo de Europa. Creo que no lo merecemos, creo que merecemos que en este suelo, cada siglo no tenga que tener un conflicto de proporciones enormes. Nos merecemos tener un lugar en el mundo, hasta que llegue otro sueño, el de una Autoridad Política Mundial. Hasta que arribe ese ideal en la tierra-mundo, nosotros, modestamente pero con fuerza debemos aspirar al sueño de Europa.
Existen muchos peligros para que ese sueño sea realidad, uno, uno somos nosotros mismos, formados por más de una veintena de Naciones-Estados, por más doscientas regiones, existe el peligro, que no seamos conscientes, o que nos unimos realmente, como Europa, como Estados Unidos de Europa, que nos unamos económica y política y en defensa, formando un Estado, o las realidades de dentro y desde fuera, nos disgregarán, todo se habrá quedado en un sueño despierto, con un mal sabor de boca.
El mundo ha cambiado, caminamos hacia continentes-Estado, ya son realidad, continentes Estados, que ya, algunos están formados por mil millones de ciudadanos y habitantes, otros sin construirse ideológicamente, están conformados por cientos de millones de personas, con geografías y territorios en doble o el triple o el cuádruple de Europa.
Europa tiene derecho a ser, tiene derecho a estar en el mundo con su figura e imagen, con sus errores y con sus defectos, con sus deseos y sus maneras. Pero Europa es el semicontinentes, la Península geográfica y cultural que siempre está abierta al cambio, a la perfección, a la maduración. Somos el resultado de muchos sueños, de muchas revoluciones sociales, culturales, ideológicas, políticas, militares, somos herederos de los Antiguos Imperios de Oriente Medio antiguos, de Mesopotamia y del Antiguo Egipto, de Grecia, de Roma, de Cartago, de Jerusalén, de los pueblos eslavos, de la Roma del Imperio y de la Roma cristiana. Somos muchos ingredientes en una unidad. No debemos dejar que este sueño se muera del todo.
Puedes seguir estando-siendo en tu antigua cama de tu antigua región o nación Estado de siglos, pero ahora, toca el gran sueño de Europa, puedes estar como en una muñeca rusa, siendo y formando parte de tu ciudad-comarca, de tu provincia-región, de tu nación-Estado, pero además, todo ello estando y formando el conglomerado de Europa, el gran sueño de Europa, somos europeos, tenemos más realidades que nos unen que nos separan.
A Estados Unidos de Europa, otro sueño que se hizo realidad, deben ser conscientes, que para su futuro, es mejor que Europa esté unida y no desunida. A los grandes teóricos del imperios americano, les recuerdo, que la situación del mundo ha cambiado, y que para sus propios fines, les interesan tener un aliado en el Este, es decir, Europa, un hermano de ellos mismos, un hermano ideológico-filosófico-cultural, que en situaciones graves ambos se pueden apoyar y ayudar. Ya, que el futuro no lo conocemos. ¡Quién sabe si un día, los Estados Unidos de América y los Estados Unidos de Europa forman-conforman una Federación Política, de hecho o de derecho…!
No dejemos que el sueño de Europa se muera por falta del deseo justo y bueno y moral y equitativo y de derecho. Porque sobre el sueño de Europa se basan cientos de derechos teóricos y prácticos que cada ciudadano, tiene y ha tenido esta noche que ha dormido en paz.
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