Al final, resulta que los juguetes tradicionales son los mejores para el desarrollo del lenguaje en los niños pequeños. Así es confirmado por estudios e investigaciones. Los expertos en estas cuestiones lo han comprobado, los aparatos electrónicos que emiten sonidos, no son los mejores para aumentar la habilidad comunicativa en edad preescolar. O, dicho de otro modo, los juguetes que hablan fomentan la pasividad.
En resumen, una de las claves de la adquisición del lenguaje es, sobre todo, el uso de mayor cantidad de palabras en la interacción comunicativa entre padres e hijos. Y está claro que, con más conversaciones y más respuestas de los niños, se produce un aumento significativo en la habilidad verbal de los más pequeños.
Con los juguetes electrónicos el promedio de uso de palabras por minuto es sensiblemente inferior, y esto es algo relevante, aunque no lo parezca. En cambio, con los libros, los cuentos, los rompecabezas, etc., se están estimulando en los niños las habilidades comunicativas y sociales del mejor modo imaginable. Además, los juguetes aplicación pueden tender a aislar al niño del mundo real, si se utilizan en exceso.
Curiosamente, en una investigación de hace una década, ya quedó reflejada la influencia en el desarrollo del lenguaje, en los primeros cuatro años de vida de niños criados e familias con pocos recursos. De hecho, escucharon 30 millones de palabras menos, en esos cuatro años, que los que vivieron en familias acomodadas. Ya que en las familias con más recursos al haber más libros, y generarse más conversaciones entre padres e hijos se favoreció, de forma más intensa y abundante, la comprensión de términos, y el uso efectivo de los mismos.
El triángulo comunicativo entre padres, hijos y juegos es la base del desarrollo cognitivo en los niños. Porque las acciones creativas y la capacidad de invención se multiplican con los juegos y los juguetes tradicionales. Especialmente, a edades tempranas.
La tendencia ya existente a dar aparatos electrónicos, ya en los primeros años de vida, quizás no sea lo más adecuado. Porque ya, a partir de la adolescencia, el uso del móvil es masivo. De todas formas, también es cierto que las generaciones más jóvenes ya son nativos digitales.
Considero que debe impulsarse más la lectura de libros y la actividad de escribir, ya que son los medios para aumentar los conocimientos y para investigar y crear. Porque es indudable que el arte es también una especie de juego con reglas. Los grandes escritores de la Literatura Universal jugaron, con la más apropiada colocación de las palabras, en una ingente cantidad de frases que elaboraron con esfuerzo y dedicación.
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