JUBA, Sudán del Sur, 1 de abril de 2014 (ACNUR) – Los responsables de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y del Programa Mundial de Alimentos (PMA) han advertido hoy de que la crisis de Sudán del Sur podría poner en peligro millones de vidas en los próximos meses si no se adoptan medidas urgentes para poner fin al conflicto y prestar apoyo a la población civil, que está luchando para sobrevivir.
“Es imprescindible que la comunidad internacional actúe urgentemente con una sola voz y haga todo lo posible para que las partes logren forjar la paz”, dijo António Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. “Si no hay paz en los próximos meses, la situación humanitaria puede llegar a ser catastrófica”.
El Sr. Guterres hizo estas declaraciones al finalizar la visita de dos días de duración que realizó a Sudán del Sur con Ertharin Cousin, Directora Ejecutiva del PMA. Los dos altos funcionarios de las Naciones Unidas dijeron que todos – los organismos humanitarios, los donantes y las partes en el conflicto – tienen la responsabilidad de velar por que la población civil afectada por violencia pueda recibir ayuda. Exhortaron a las partes en el conflicto a que no ahorren esfuerzos para lograr la paz e instaron a la comunidad internacional a proporcionar más recursos para prestar asistencia a los más afectados.
“Las mujeres afectadas por el conflicto con las que hablamos en Nyal [en el estado de Unidad de Sudán del Sur] nos pidieron que transmitiéramos tres mensajes al mundo: que necesitan paz, ayuda para aliviar su sufrimiento y la oportunidad de que sus hijos vuelvan a la escuela”, explicó Ertharin Cousin en una declaración conjunta para la prensa. “La población civil es la más afectada por este conflicto y los organismos como los nuestros afrontan demasiados obstáculos cuando intentan prestar asistencia. Esta situación debe cambiar. Hay vidas en peligro”.
Según la declaración de prensa, los responsables de los dos organismos de las Naciones Unidas observaron que la comunidad humanitaria se enfrenta a obstáculos similares en sus intentos de prestar urgentemente la ayuda necesaria a los desplazados internos, los refugiados y otros grupos vulnerables. Expresaron su preocupación por la posibilidad de que, debido a la inseguridad sumada a otros impedimentos directos al acceso humanitario, así como a la grave escasez de fondos de los organismos de asistencia, demasiadas personas se vean privadas de asistencia, dado que el conflicto sigue causando estragos en las vidas y en los medios de vida de las personas.
“Es una tragedia ver a antiguos refugiados, que regresaron con tanta esperanza, huir de nuevo para salvar la vida”, dijo el Alto Comisionado António Guterres.
Durante su viaje a Sudán del Sur, Guterres y Cousin hablaron con personas desplazadas por el conflicto que se han refugiado en la remota ciudad de Nyal, en la que tanto la comunidad local como los aproximadamente 25.000 desplazados internos han tenido que luchar para tener acceso a los alimentos y otras necesidades básicas, y en la que diversos organismos, entre ellos el Programa Mundial de Alimentos, han empezado a distribuir asistencia. También visitaron a los desplazados internos alojados en condiciones precarias en una base de las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Juba, la capital de Sudán del Sur.
Los responsables de los dos organismos hablaron de la crisis con el Presidente Salva Kiir y otros funcionarios gubernamentales, y el Presidente se comprometió ante ellos a facilitar y prestar asistencia humanitaria a todas las personas civiles que la necesiten. También se reunieron con los representantes de los donantes y otros miembros de la comunidad humanitaria.
El miércoles salieron hacia Etiopía, donde se reunirán con algunos de los más de 80.000 refugiados que se han refugiado en ese país desde que comenzó la crisis.
En Sudán del Sur hay más de 800.000 personas desplazadas a causa del conflicto, que se inició el pasado 15 de diciembre. Entre ellas hay 68.000 personas alojadas en las bases de las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. Otros 254.000 refugiados han cruzado a los países vecinos en busca de protección y alimentos. Además, Sudán del Sur también acoge a unos 220.000 refugiados del Sudán en campamentos próximos a las zonas de conflicto.
En los más de 100 días transcurridos desde el comienzo del conflicto, más de medio millón de personas han recibido ayuda alimentaria en el país, pero la persistencia del conflicto sumada al inicio de la estación de las lluvias ha impedido llegar a muchas personas que se encuentran en situación de necesidad. Los esfuerzos de socorro también se han visto dificultados por una grave escasez de fondos.
El ACNUR y otras agencias han lanzado un llamamiento conjunto para recaudar los más de 370 millones de dólares necesarios para financiar la asistencia a los refugiados en Etiopía, Kenya, el Sudán y Uganda. En Sudán del Sur, el PMA necesita 224 millones de dólares para financiar sus operaciones en los próximos seis meses, mientras que los organismos humanitarios asociados necesitan otros 42 millones para proporcionar alojamiento y otras ayudas no alimentarias.
António Guterres observó que, a pesar de la crisis, “aún quedan muchas esperanzas para Sudán del Sur y sus habitantes tienen una resistencia extraordinaria. La comunidad internacional tiene la obligación moral de no fallarles en este trágico momento”.
Gracias a la Voluntaria En Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.
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