El Departamento de Asuntos de los Veteranos de Estados Unidos (VA, por sus siglas en inglés) debe ampliar el tratamiento, la prevención de sobredosis y los programas de vivienda para ayudar a la cantidad sin precedentes de veteranos de guerra afectados por la drogodependencia, el suicidio y la sobredosis, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Se estima que más de un millón de veteranos de guerra de EE.UU. toman opiáceos de venta con receta para el dolor, y casi la mitad de ellos utilizan los fármacos de manera crónica, durante más de 90 días.
El informe de 39 páginas, “No Time to Waste: Evidence-Based Treatment for Drug Dependence at the United States Department of Veterans Affairs” (“No hay tiempo que perder: Tratamiento basado en la evidencia para la drogodependencia en el Departamento de Asuntos de los Veteranos de Estados Unidos”), recopila y analiza los resultados de una amplia gama de fuentes acerca de los problemas de drogodependencia entre los veteranos de guerra y las implicaciones de cara al tratamiento y la asistencia. Human Rights Watch descubrió que el alcohol y la dependencia de drogas están fuertemente asociados con la indigencia, así como con las condiciones de salud mental, incluyendo el síndrome de estrés postraumático y la depresión, que afectan a 40 por ciento de los veteranos de Irak y Afganistán bajo el cuidado del VA. Las drogas o el alcohol están involucrados en uno de cada tres suicidios en el Ejército, y el VA estima que cada día se suicidan unos 22 veteranos.
“Cientos de miles de veteranos están luchando contra el dolor crónico, la dependencia de drogas, problemas de salud mental y la falta de vivienda”, dijo Megan McLemore, investigadora principal de salud de Human Rights Watch y autora del informe. “El Departamento de Asuntos de los Veteranos ha desarrollado programas eficaces basados en la evidencia, pero es urgente que se pongan a disposición de cualquiera que los necesite”.
El informe está basado en entrevistas a decenas de veteranos y sus defensores, funcionarios del VA y proveedores de servicios comunitarios, así como en una amplia revisión de investigaciones gubernamentales y académicas, entre otras. Human Rights Watch también examinó y evaluó la disponibilidad de una amplia gama de programas basados en la evidencia, es decir, programas que han demostrado ser eficaces para tratar la drogodependencia y abordar los problemas de los veteranos relacionados con las drogas.
Una de las conclusiones del informe es la necesidad de ampliar la disponibilidad de naloxona, un medicamento que se vende bajo receta médica que puede revertir la sobredosis de opiáceos como la heroína. El índice de muertes por sobredosis accidental entre pacientes de las instalaciones de VA es casi el doble que el reportado en todo el país. Si bien el VA planea hacer que la naloxona esté disponible a nivel nacional a través de hospitales del VA para finales de 2014, debe lograr que todos los veteranos tengan acceso a la naloxona, independientemente de dónde reciban el tratamiento, dijo Human Rights Watch.
“Los veteranos de guerra están muriendo todos los días por sobredosis de opiáceos”, dijo McLemore. “Puede que los más necesitados no estén en el sistema de VA, por lo que es crucial que el VA trabaje con los grupos comunitarios para que la naloxona esté disponible para todos los veteranos que la necesiten”.
También deben ampliarse los programas de tratamiento de drogodependencia basados en la evidencia. Aunque la metadona y la buprenorfina –medicamentos de prescripción médica— han demostrado ser eficaces para el tratamiento de personas con dependencia de los opiáceos como el Oxycontin, el Vicodin o la heroína, muchos veteranos no tienen acceso a ellos.
Los veteranos dijeron a Human Rights Watch que sin estos programas serían incapaces de vivir con dignidad o contribuir a la sociedad. Un veterano de Vietnam dijo: “Antes de que comenzara con la metadona, no era más que un muerto viviente. La metadona me devolvió la vida”.
“Sólo uno de cada tres pacientes en el VA que necesitan metadona o buprenorfina la está recibiendo”, dijo McLemore. “Encontramos que 38.000 pacientes del VA no tienen acceso al tratamiento más efectivo para su condición, y muchos más que no están en el sistema de salud del VA también necesitan tratamiento”.
El informe también examina un programa del VA para los veteranos indigentes crónicos, muchos de los cuales tienen problemas de alcoholismo, drogodependencia y salud mental, incluyendo el síndrome de estrés postraumático y la depresión. El alcohol y la dependencia de drogas están fuertemente asociados con la falta de vivienda, tanto entre los veteranos de guerra como en la población en general. Casi 60.000 veteranos carecen de hogar en una noche dada y nada menos que 400.000 veteranos pueden encontrarse en la indigencia o sufrir problemas de inestabilidad de vivienda en algún momento cada año. Las veteranas de guerra son el segmento de mayor crecimiento de la población de personas sin hogar en EE.UU.
Desde 2008, el programa “HUD-VASH”, una asociación entre el VA y el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, ha proporcionado vivienda permanente para casi 60.000 veteranos indigentes crónicos. En los últimos años, este programa ha pasado de ser un modelo que requería que los veteranos demostrasen su “preparación” para la vivienda, por lo general mediante la abstinencia de drogas o alcohol, a un programa denominado “La vivienda primero” que proporciona la vivienda en un primer paso y luego ofrece al individuo una amplia gama de servicios de apoyo.
Revisiones del programa por parte del VA muestran que el enfoque de “La vivienda primero” permite ahorrar dinero en costos de atención de salud y permite al VA llegar a los veteranos más vulnerables: aquellos que muestran un cuadro combinado de dependencia del alcohol y las drogas con problemas de salud mental, dijo Human Rights Watch.
Después de programas piloto en 14 ciudades, el VA tiene previsto utilizar el modelo “La vivienda primero” en las 100 instalaciones HUD-VASH a nivel nacional. El Congreso debe garantizar una financiación suficiente para satisfacer la demanda de vivienda entre los veteranos indigentes crónicos, señaló Human Rights Watch.
Bajo el derecho internacional de los derechos humanos, los gobiernos tienen la obligación de aplicar normas eficaces, las mejores prácticas y modelos basados en la evidencia para prevenir la enfermedad, tratar las enfermedades y proteger el derecho a la salud, que incluye el acceso a la prevención de la sobredosis, el tratamiento efectivo para la drogodependencia, el cuidado de la salud mental y la vivienda estable.
“El VA ha adoptado estos modelos basados en la evidencia porque han demostrado ser efectivos”, dijo McLemore. “Pero el acceso a estos servicios también es clave para su derecho a la salud y para la vida misma”.
Un veterano dijo a Human Rights Watch que su compañero, un veterano de la guerra de Irak que recurre regularmente a la heroína, ahora lleva su kit de naloxona consigo en todo momento. Por su parte, un veterano de la guerra de Irak comentó que sin el programa de HUD-VASH seguiría viviendo en el metro, en las calles o bajo los puentes. “Probablemente estaría muerto”, dijo el ex combatiente. “Ahora estoy en tratamiento y estoy bien”.
“Todo el mundo tiene derecho a medicamentos eficaces para la prevención de la sobredosis de drogas y el tratamiento por drogodependencia”, dijo McLemore. “Estos programas salvan vidas y deben ser ampliados sin demora”.
Veterans Administration: Expand overdose prevention treatment, increase Housing First programs http://www.hrw.org/news/2014/06/30/us-half-million-drug-dependent-veterans
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