El eje del gobierno que encabeza el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador es el combate a la corrupción.
La cuarta transformación del nuevo régimen, abandera una limpia de todas aquellas prácticas del pasado que apuntan directamente a gobiernos “neoliberales” (panistas y priistas).
López Obrador acentúa de manera insistente su cero tolerancia a las prácticas ilícitas que se esfuerza en rememorar como parte de los gobiernos de sus antecesores.
Casi como en la publicación de un evangelio, el Presidente mexicano ha enunciado una serie de planteamientos sobre el tema en su llamada “Cartilla Moral” que está muy lejos de ser aplicable en una realidad como la de los actuales gobiernos y sociedad mexicana.
La corrupción es tal vez el punto más vulnerable del nuevo régimen gubernamental con línea izquierdista, que parece empeñarse en emular las acciones de sus antecesores.
Las prácticas de presunta corrupción, siguen pegando de manera directa y frontal a los parientes directos de AMLO quienes todo indican se han empeñado en servirse con la cuchara grande cuando se trata de hacer y amarrar negocios al amparo del actual gobierno de México.
Hoy los reflectores apuntan a la prima del mandatario mexicano, (Felipa Obrador) quien de acuerdo a una investigación del periodista Carlos Loret de Mola, recibió en los dos últimos años, contratos directos de Petróleos Mexicanos por una cantidad cercana a los 365 millones de pesos.
El escándalo no es menor, luego que PEMEX confirmó la rescisión de dichos contratos.
Lo anterior exhibe una forma peculiar de combatir los actos de corrupción en los tiempos obradoristas, donde se minimiza, descalifica a quienes ventilaron la información y se procede a cancelar los contratos sin una investigación expedita y de fondo.
Anteriormente fue el caso del hermano del Presidente Pío López Obrador a quien se exhibió en un video recibiendo dinero para presuntamente financiar la campaña del entonces candidato AMLO.
El tema se ha congelado. Nadie movió hilos o una investigación para seguir la ruta de esos recursos que recibió el hermano del mandatario.
Estos dos señalamientos involucran directamente a familiares de López Obrador quien hace unos días reiteró su compromiso para no proteger actos ilícitos en los que se vean involucrados incluso sus familiares.
La línea de esta investigación se antojaría siguiera, sin embargo, se pronostica suceda lo mismo que con el hermano del Presidente, cuyo caso sigue sin investigarse a fondo.
A todo lo anterior se suman todos los funcionarios y gobernantes que aglutinados en la militancia de la Cuarta Transformación han sido señalados por actos de corrupción y que hasta ahora sigue gozando de la gracia y anuencia de un gobierno que los cobija bajo la consigna juarista: “Para los amigos, justicia y gracia. Para los enemigos justicia a secas”.
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