Que la Unión Europea no quiera que sigan viniendo refugiados, no justifica que se autorice la expulsión de los mismos, ya que está prohibida por el derecho internacional.
Es cierto que la UE puede y debe organizar la asistencia de los miles de seres humanos que llegan en precarias condiciones huyendo de la guerra en Siria y de la miseria, pero esto no supone que deban ser arrojados de Europa.
Y es algo muy dudoso que Europa acabe admitiendo en su territorio a los refugiados devueltos a Turquía. Porque los que buscan asilo y refugio pueden ser atendidos por razones humanitarias de mejor modo en los países europeos que disponen de más medios económicos, y más infraestructuras.
Es significativo que la ONU avise a la UE de que la expulsión colectiva está prohibida. Porque que las autoridades europeas lleguen a un acuerdo con Ankara para permitir a los ciudadanos turcos viajar a Europa sin visado, no justifica que se expulse a los refugiados e incluso también a los sirios a Turquía. Aunque se aumenten los 3.000 millones entregados a este país.
Europa puede acoger a los miles de refugiados, porque la diversidad de estados que la conforman tienen un deber de solidaridad con la gente que huye de conflictos armados y de la pobreza. Si en los países europeos hubiera una guerra podría suceder que, muchos refugiados europeos, querrían ir a otras zonas del planeta.
La empatía con los que sufren y se marchan de sus países forzados por circunstancias extremas deber ser lo que prevalezca. Merecen un trato humanitario y compasivo. Tienen derechos a ser tratados dignamente. Y no lo están siendo con este tipo de preacuerdos que impulsan el egoísmo de ciertos líderes europeos.
Todos somos en el fondo ciudadanos del mundo. No hace falta recordar la filosofía política de un gran filósofo como Kant para afirmarlo. El lema de la Revolución francesa se ha quedado reducido, ya que la fraternidad parece que ha desaparecido.
Y no digamos los valores cristianos que se oponen, totalmente, a esta medida acordada por la UE. La canciller Merkel está satisfecha por el acuerdo. Pero, ella misma, llegó a decir que en Alemania se acogería a todos los sirios. Por tanto, incurre en contradicción, probablemente, por causa de intereses económicos y políticos.
Es lógico que el alto comisionado de la ONU, Filippo Grandi haya recordado a la UE que: “una persona que busca asilo solo puede ser devuelta si se salvaguarda su protección”. Algo que no se cumple con la expulsión a territorio que no pertenece al continente europeo.
El Tribunal Europeo de Justicia considero que debe anular este acuerdo de expulsión en bloque de refugiados, por ser ilegal, y no respetar el derecho internacional.
Además, desde una perspectiva moral, tampoco está bien que los estados europeos se desentiendan de los refugiados, y los quieran devolver a sus países de origen, o a otros territorios.
Europa debe ser generosa y prestar ayuda a los que vienen desesperados y en muy malas condiciones, ya que son seres humanos como nosotros con la misma dignidad. Los Derechos Humanos son universales.
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