Por muchos años, analistas políticos armenios independientes sugirieron que Armenia estaba gradualmente cediendo su independencia a Moscú. Aunque el público armenio, a regañadientes, estuvo de acuerdo con ellos, el pueblo nunca protestó contra las políticas del gobierno de relaciones demasiado íntimas con Moscú. Al menos a una gran escala palpable.
Eso pudo haber cambiado a principios de este invierno, cuando un soldado de la base militar rusa 102 en Gyumri, Armenia, atacó sorpresivamente con arma de fuego a una familia armenia de siete integrantes, matando instantáneamente a seis y dejando gravemente herido al bebé sobreviviente. El bebé moriría apenas unos días después. Valery Permyakov, un ruso étnico y soldado desertor, trató de escapar a través de la frontera turco-armenia después de la masacre, pero fue capturado por la policía armenia, antes de que pudiera desaparecer.
Sin embargo, la ira entre la población local se debió necesariamente a la actividad criminal de un ruso. Podría haber sido percibida como simplemente un crimen más. Lo que realmente exacerbó al público armenio, fue el hecho de que Permyakov fuera entregado a la base militar rusa y desde entonces ha estado bajo su custodia, por la insistencia de Moscú; será juzgado por una corte militar rusa, como fue anunciado, y no por una corte criminal armenia. Esto, a su vez, provocó una serie de manifestaciones populares, no solo denunciando la decisión del gobierno armenio de inclinarse ante la voluntad del ejército ruso, sino también cuestionando los lazos íntimos de Armenia con Moscú, a expensas de la independencia de Armenia – tanto política como económica.
El liderato armenio nunca se pronunció criticando a Rusia por su posición en el caso de Permyakov. En vez de eso, el presidente armenio le dijo al pueblo armenio que su país dependía de Rusia para su seguridad contra Turquía y Azerbaiyán. Serzh Sargsyan también siguió adelante con la controvertida política de Ereván de integrarse en la Unión Económica de Eurasia. Tan solo unos días atrás, habló con la estación de TV rusa “Rossia 24” (‘Россия 24′) reconociendo la importancia de la unión para Armenia. Sargsyan declaró que cualquier obstáculo económico que había entre Armenia y Rusia “se esfumó” luego de que Ereván eligiera unirse a la organización.
“Nos estamos uniendo a un mercado de 170 millones de personas, lo cual es un muy buen logro para la pequeña Armenia” dijo el presidente. “Con nuestra adhesión a la UEE, nosotros hemos quitado, al fin, las barreras que existían antes, y el flujo de bienes, capital y fuerza de trabajo se ha hecho mucho más fácil ahora” dijo Sargsyan. El líder armenio debe haber ignorado deliberadamente el hecho de que la economía armenia se desempeñó en forma bastante pobre luego de que su país se convirtió formalmente en miembro de la UEE, principalmente por el efecto de las sanciones contra Rusia, propiciadas por los EE.UU y la UE, después de la anexión de Crimea (parte de la Ucrania soberana) y de la intervención militar en la región de Donbas de Ucrania. La UEE es una alianza económica conducida por Moscú, que entró en vigor el 1°de enero del 2015; esto comprende a Rusia, Bielorrusia, Kazajstán y Armenia. Se espera que Kirguistán se sume a la unión posteriormente este año.
Durante su entrevista en la televisión rusa, Serzh Sargsyan también declaró que “Armenia quiere coordinar su política exterior con Rusia” confirmando las especulaciones de larga data de los analistas armenios, de que la independencia armenia ha comenzado a evaporarse gradualmente, debido a la aparente subordinación al Kremlin del curso político de Ereván y de sus activos económicos.
“Si nosotros estamos sumándonos a uniones, estamos naturalmente asumiendo obligaciones” dijo él cuando le preguntaron si Rusia podía confiar en el apoyo de Armenia en temas internacionales. El presidente reiteró su apoyo incondicional a las bastante agresivas políticas de Moscú en la periferia pos-soviética. Sargsyan fue supuestamente el primer líder – de entre un puñado – que llamó para felicitar a Putin por la anexión de Crimea, una parte integral de Ucrania, en marzo del 2014. Sus diplomáticos en la Asamblea General de la ONU, confirmaron la lealtad de Sargsyan a Moscú durante la votación de la AG de la ONU sobre la integridad territorial de Ucrania, cuando Armenia y otras 10 naciones votaron contra la soberanía de Ucrania y se opusieron a las 100 naciones que reconocieron la integridad territorial de Ucrania.
Por todas esas actividades pro-rusas del gobierno armenio – aparte de sacrificar su independencia política y económica – Sargsyan logra el beneficio de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), bajo cuyos términos, Moscú se compromete a defender a Armenia en caso de hostilidades armadas, aunque no se prevé ninguna. La única intervención militar a la cual Armenia puede ser arrastrada es el conflicto de Nagorno Karabaj con Azerbaiyán. Sin embargo, Azerbaiyán ha declarado una cantidad de veces que solo entrará en guerra con una fuerza de ocupación en su propio territorio, es decir, la región de Nagorno Karabaj de Azerbaiyán, la cual está bajo el control de las fuerzas armadas armenias desde 1994. La jurisdicción de la OTSC no se extiende a Nagorno Karabaj y su fuerza está limitada a las fronteras internacionales de Armenia.
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