En seis meses debe firmarse la paz, anunciaron presidente Juan Manuel Santos y líder máximo de las FARC Rodrigo Londoño.
En un plazo no mayor de seis meses, que se cumple el 23 de marzo del 2016, se debe firmar la paz definitiva entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), anunciaron en La Habana, Cuba, el presidente Juan Manuel Santos y el comandante guerrillero Rodrigo Londoño, alias Timoleón Jiménez o Timochenko.
Las negociaciones hacia un “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera”, que pondrá fin a más de medio siglo de conflicto armado que ha dejado más de 300,000 muertos y 5 millones de desplazados, se iniciaron en noviembre del 2012 en La Habana.
En conferencia de prensa conjunta, en la que participó el presidente cubano Raúl Castro, Santos manifestó que “el jefe del secretariado de las FARC y yo hemos acordado que a más tardar en seis meses se deben concluir las negociaciones. Es decir, que a más tardar el 23 de marzo del 2016 debe estar firmado el acuerdo final”.
A través de las redes sociales, Santos reiteró que “nos acercamos al fin del más largo conflicto armado que ha vivido Colombia. Haremos lo necesario para que nunca más se vuelva a repetir. Nos falta culminar los últimos puntos, pero la conclusión es una sola: La paz es posible y está más cerca que nunca”.
Londoño, por su parte, afirmó que “corresponde a las partes multiplicar los esfuerzos dirigidos a la construcción de consensos que nos aproximen al cese al fuego bilateral definitivo, a definiciones sobre dejación de las armas y la transformación de las FARC en un movimiento político legal”.
La reunión se llevó a cabo tres días después de la visita del papa Francisco a Cuba, durante la cual hizo una invocación a ambas partes en las negociaciones de paz: “Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación”.
En un comunicado conjunto publicado el 23 de setiembre, el gobierno de Colombia y las FARC reafirmaron su compromiso con los acuerdos logrados hasta la fecha: “Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral”, “Participación política: Apertura democrática para construir la paz” y “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas”.
Justicia transicional
Igualmente ambas partes reafirmaron su compromiso “con una fórmula que satisfaga los derechos de las víctimas y contribuya a la construcción de una paz estable y duradera. Con ese propósito estamos construyendo un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición” que incluirá la creación de una Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, además de importantes acuerdos en materia de reparación de las víctimas.
Santos y Londoño anunciaron el acuerdo en materia de justicia transicional que incluye amnistía para delitos políticos con excepción de las violaciones graves a los derechos humanos, creación de una jurisdicción especial para la paz, y la entrega de las armas por parte de las FARC en un plazo de 60 días tras la firma del acuerdo final.
La jurisdicción especial para la paz, que estará integrada por magistrados colombianos y extranjeros, juzgará los delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra. Aquellos combatientes que se desmovilicen dentro de los 60 días posteriores a la firma de los acuerdos de paz y reconozcan sus delitos podrían enfrentar penas de hasta ocho años “de restricción efectiva de la libertad en condiciones especiales”, dice el acuerdo.
No obstante, quienes se nieguen a admitir su responsabilidad en delitos de lesa humanidad y resulten culpables, podrían enfrentar penas de hasta 20 años de cárcel.
Fabrizio Hochschild, coordinador residente y humanitario de las Naciones Unidas en Colombia, celebró “el hecho que se tenga una fecha para el fin del conflicto. Por fin el gobierno y las FARC están alineados en términos de tiempo. Apenas seis meses para terminar un conflicto de 50 años nos parece algo muy favorable que ojalá nutra la esperanza del país”.
“El acuerdo de justicia nos da un presagio de que las partes van a cumplirle a las víctimas con sus obligaciones internacionales”, agregó. “Se tiene que reconocer que falta mucho detalle, y entendemos las preocupaciones que se han levantado, pero queremos destacar que hay un compromiso hacia una justicia comprensiva, integral y que enfatiza el reconocimiento de la reparación, la no repetición y la contribución a la verdad, como elementos integrales a la justicia”.
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