Podemos aspira con la ayuda de Izquierda Unida a adelantar en los resultados electorales al Partido Socialista. Es el denominado sorpasso. Aunque, si se hace caso a lo que muestran los sondeos, puede ser que no se logre. En cualquier caso, lo que parece más probable, de cara a las próximas elecciones de junio, es que el logrado acuerdo electoral propicie, como mínimo, que los resultados electorales de los partidos de Iglesias y Garzón se queden, aproximadamente, a cinco escaños del resultado de los socialistas en las pasadas elecciones. De todos modos, es evidente que todo esto son pronósticos y estimaciones, y puede haber cambios considerables en la intención de voto, en el tiempo que resta para el 26 de junio.
Está claro que los dirigentes de Podemos y de Izquierda Unida piensan que pueden ser la primera fuerza de la izquierda. Y aunque podría ser, nadie puede saber que sucederá. Desde el partido Popular estiman que el rival a vencer es Podemos. El supuesto radicalismo absoluto de Podemos, en mi opinión, no es tal.
Además, si una coalición progresista liderada por Iglesias y Garzón llega al poder, se podría iniciar la aplicación de un programa político que tendría que contar con el apoyo de otras fuerzas parlamentarias y, si esto no fuera posible, siempre se podría negociar, y llegar a acuerdos.
Según la encuesta del CIS, Podemos tendrá peores resultados que en el 20D. Aunque de aquí a junio, pueden producirse acontecimientos que cambien, sustancialmente, los resultados de las elecciones. La misma precampaña electoral, y la misma campaña pueden modificar los porcentajes de votos que van a recibir los diferentes partidos. Y todo esto hay que contemplarlo y valorarlo.
Según algunos, el temido sorpasso puede beneficiar a Pedro Sánchez, porque puede pedir los votos para alejarse del radicalismo de Podemos, insistiendo en la sensatez de la política económica del partido socialista. Ahora bien, es clarificador lo que ha dicho Iñigo Errejón respecto al pacto con Izquierda Unida: «No estamos negociando una confluencia, sino echarnos una mano». Claro, porque es la única oportunidad para formar una coalición progresista que pueda conseguir el poder para aplicar un programa social que ayude, de verdad, a los que más lo necesitan en nuestro país.
Por otra parte, la corrupción que ha sido descubierta en la Comunidad Valenciana gobernada por el PP, aunque es todavía presunta, si se piensa en la información que ya está siendo publicada en los medios de comunicación, y que supone que se ha defraudado dinero, y amañado contratos, adjudicaciones, etc., por más del doble de la cantidad de la Gürtel, da mucho que pensar.
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