El retraso del sistema en el tratamiento de pacientes de infarto de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI) pospone su regreso al trabajo y aumenta la jubilación prematura, según una investigación presentada en el Congreso de Cuidados Cardiacos Agudos de 2013 por Kristina Laut, estudiante de doctorado de Aarhus (Dinamarca).
El Congreso de Cuidados Cardíacos Agudos de 2013 es la reunión anual de la Asociación de Cuidados Cardíacos Agudos (ACCA) de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y se celebra del 12 al 14 de octubre en Madrid (España).
Kristina Laut explicó: “El retraso del sistema, que es el tiempo entre la llamada al servicio médico de emergencias y la reperfusión con angioplastia primaria, se asocia a un aumento de la mortalidad e insuficiencia cardiaca después de un STEMI. Las directrices sobre STEMI de la ESC 20131 señalan el retraso del sistema como una medición de la calidad de la atención”.
Añadió: “Aproximadamente un 45% de los pacientes ingresados con STEMI están en edad de trabajar pero, hasta ahora, no se sabía si el retraso del sistema afecta al tiempo de reincorporación al trabajo y jubilación. Decidimos investigar esta asociación debido a la gran carga que supone la pérdida de producción para la sociedad”.
El estudio investigó si el retraso del sistema estaba asociado con la duración de la baja laboral o el momento de la jubilación en los pacientes de STEMI tratados con intervención coronaria percutánea primaria (PPCI).
Este estudio de cohorte con base poblacional incluyó a 4.061 pacientes menores de 67 años ingresados con STEMI entre el 1 de enero de 1999 y el 1 de diciembre de 2011 y tratados con PPCI. El Registro Nacional Danés sobre Pagos de Transferencias Públicas aportó datos sobre los resultados del trabajo. Solo se incluyeron pacientes con empleo a tiempo completo o parcial tres semanas antes de su hospitalización por STEMI. Se usaron puntos de corte a 4 y 8 años para garantizar que continuaran un 10% de los pacientes para cada uno de los análisis.
Después de 4 años de seguimiento, un 91% de la población del estudio se había reincorporado al trabajo. Después de 8 años de seguimiento, un 29% se había jubilado. Después de ajustar los factores de confusión, un retraso del sistema superior a 120 minutos se asoció a un aplazamiento de la reincorporación al trabajo (SHR=0,86; intervalo de confianza (IC) 95%=0,81-0,92) y jubilación prematura (HR=1,21; IC 95%=1,08-1,36).
Kristina Laut explicó: “Encontramos que una gran proporción de los pacientes de STEMI se reincorporaba al mercado de trabajo en un plazo de 4 años pero un 14% se reincorporaba más tarde debido a un prolongado retraso del sistema. También descubrimos que después de 8 años, las personas con un gran retraso del sistema presentaban un aumento de la tasa de jubilación del 21%”.
Y añadió: “Existe una asociación entre el aumento del retraso del sistema y la reducción de la reincorporación al trabajo y la jubilación prematura, pero necesitamos más estudios para averiguar por qué. El retraso del sistema puede afectar directamente a la reincorporación laboral provocando una reducción en la función ventricular del corazón o puede haber otros factores implicados”.
No hubo diferencias entre hombres y mujeres en términos del efecto del retraso del sistema, pero los investigadores descubrieron que los hombres regresaban al trabajo más tarde que las mujeres. Kristina Laut afirmó: “No sabemos el motivo, pero puede ser porque teníamos una proporción de mujeres muy pequeña en el estudio y los hombres pueden tener trabajos más exigentes físicamente. Se necesitan futuros estudios para determinar el impacto de las exigencias del trabajo sobre la reincorporación laboral”.
Los investigadores examinaron también las diferencias entre los pacientes casados y solteros. En contraste con los resultados generales, los pacientes solteros presentaban un menor retraso del sistema pero una mayor probabilidad de jubilarse. Kristina Laut explicó: “La mayoría de las personas solteras viven en grandes ciudades y están cerca de los grandes laboratorios de cateterización, lo que puede reducir los retrasos del sistema. Su mayor riesgo de jubilación puede deberse a que son más vulnerables socialmente o carecen de apoyo y aliento para seguir trabajando”.
Añadió: “Nuestros resultados indican que el retraso del sistema es una medición del rendimiento importante en el tratamiento de los pacientes de STEMI. Puede hacerse mucho en los sistemas de atención sanitaria para que los pacientes de STEMI accedan con rapidez a la PPCI, como optimizar el diagnóstico prehospitalario. Los pacientes también necesitan reaccionar con rapidez a sus síntomas y llamar a una ambulancia”.
Kristna Laut concluyó: “Se produce una gran carga económica para la sociedad si los pacientes no regresan al trabajo después de un ataque cardiaco. La inversión en infraestructuras y sistemas sanitarios resulta rentable en comparación con el coste de que las personas pierdan su capacidad para trabajar”.
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