Con una diferencia de algo menos de un mes han fallecido el gran filósofo Gustavo Bueno y José Ignacio Gracia Noriega a los 71 años que ha sido uno de los grandes escritores asturianos y españoles de las últimas décadas. Ambos eran amigos y compartían intereses culturales. Gracia Noriega prefirió vivir en Asturias rodeado de sus 17.000 libros y de una irrenunciable paz que le acompañó en su inmensa labor creativa como escritor en diversos géneros: ensayo, narración, periodismo, crítica literaria y de cine, etc.
Fue miembro del Instituto de Estudios Asturianos (IDEA) y cronista oficial de Llanes. También escribió crítica gastronómica y fue autor de libros de viajes. Y ha formado parte del Consejo de Redacción de la revista de Filosofía El Basilisco. Los premios literarios que ha recibido acreditan más, si cabe, su excelente labor como escritor.
Además, es destacable su erudición sobre los más diversos temas resultado de su formación y de su entusiástica dedicación a la lectura y a la investigación. En su estilo como escritor, especialmente en el ámbito periodístico, se muestra claro y rotundo en sus expresiones mostrando una gran independencia de ideas. Estaba alejado de cualquier tipo de dogmatismo y a la vez respetaba las discrepancias de los otros.
Empleó su existencia, según sus propias palabras, entre otras cosas, en leer y escribir, de modo absolutamente libre, sin nadie que le impusiera nada. Sin jefes y, por tanto, también sin horarios y con plena libertad a la hora de escribir. Aunque siempre elogió las virtudes de la rutina como forma de organización y la constancia y la perseverancia en su actividad de escritor.
El mismo Gustavo Bueno en una conferencia pronunciada por Gracia Noriega en 2011, con motivo del centenario de la muerte del filósofo Dilthey, en la Fundación Gustavo Bueno de Oviedo afirma que su amigo es muy conocido en Asturias y España y destaca su capacidad como analista y escritor. Además fue un erudito, ya que sabía hilar con exquisitez y finura multitud de datos y anécdotas muy interesantes que recordaba de su pasado y que encajaba con sus análisis y originales comentarios de las obras que había leído y que analizaba con brillantez y precisión.
En declaraciones realizadas al cumplir los 70 años se mostraba conento de haber llegado a tal edad. Y reconocía que podía haber sido más conocido, sobre todo fuera de nuestras fronteras, añado yo, si hubiera llevado una vida de escritor al uso más unida a la promoción personal y al marketing, pero optó por la libertad y la independencia. Y a cambio tuvo más tiempo disponible para leer y escribir que fueron sus auténticas pasiones vitales, aunque siempre destacó por saber disfrutar de los placeres de la vida en su más amplio sentido.
Nos quedan sus libros, artículos, conferencias, videos, etc., con lo cual siempre estará con todos los que saben apreciar la cultura, la filosofía, la literatura, el periodismo, y el arte de escribir y pensar.
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