El atentado en el centro de Ankara con al menos 97 muertos, según los datos oficiales, pone de manifiesto fallos de seguridad, aunque es cierto también que la vigilancia total no es posible ante tantas amenazas potenciales que existen en el mundo. Es curioso saber que los dos terroristas suicidas del Estado Islámico, ya estaban en una lista de 16 sospechosos de poder llevar a cabo este tipo de explosiones con tan terribles consecuencias.
Parece obvio que ante una manifestación aunque sea pacífica, y más siendo en una zona de riesgo, se debían haber realizado controles de acceso para evitar que posibles suicidas entraran, sin ningún problema, para cometer este acto terrorista.
La situación política en Turquía es conflictiva por la lucha de un partido islamista, y otro kurdo por alcanzar mayor influencia y poder de cara a las elecciones. Si a esto se unen los problemas existentes en la frontera con Siria, por causa de la guerra en este país, etc., se entiende perfectamente que exista una cierta inestabilidad social, y también, sobre todo, en el ámbito político turco.
A todo esto se viene a añadir el conflicto surgido con Rusia, por no respetar el espacio aéreo turco, ya que algunos cazas lo han sobrevolado sin autorización. De hecho la OTAN está pendiente de como evolucionan las cosas en el territorio turco, especialmente, valorando las decisiones de Putin en relación con sus ataques con misiles y cazas en Siria.
Estas zonas de Oriente Próximo, y también la de los países del Este de Europa, especialmente Ucrania, se están convirtiendo en un auténtico preludio de una posible conflagración mundial, ya que los enfoques sobre la guerra en Siria, y la contención o eliminación del terrorismo no son coincidentes entre Obama y Putin.
También es preciso tener en cuenta el conflicto armado en Europa Oriental en territorio ucraniano, una guerra por el afán expansionista del máximo dirigente de Rusia, que cuenta con la pasividad de la Unión Europea y de Estados Unidos, porque las sanciones económicas no son suficientes para parar el imperialismo de Putin.
Es verdad que como también dice el Secretario de Política de Defensa de España Alejandro Alvargonzález: «60 países luchan contra el EI en una coalición. Solo en Libia hay 200.000 personas con armas, con grupos terroristas de 15 a 5.000 personas». Indudablemente, la amenaza al sistema de vida y a la cultura occidental está presente, y también, a mi juicio, el intento de ocupar el territorio para imponer ideas extremistas, y ausencia de libertades por parte del yihadismo.
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