La falta de tiempo impide disfrutar de las cosas que más nos gusta hacer, entre ellas, cenar en familia.

Y los niños son los que más sufren esto pues, los menores españoles dedican muchas horas a hacer los deberes, una cuestión que siempre genera polémica.

La firma IKEA ha querido reivindicar el derecho de las familias a estar juntos sobre todo en el momento de la cena.

Así, a través de su nueva campaña, #SalvemosLasCenas, creada por McCann bajo el lema “Cenología, menos deberes y más cenas en familia” promueve un cambio en los deberes de los niños y reivindica el valor de las cenas como el mejor momento para aprender en familia.

Con esta original propuesta, la marca ha lanzado varias piezas audiovisuales para televisión y las redes sociales.

Por otra parte, el apoyo económico a la familia es el más insignificante de todos los países de Europa. “El panorama es ciertamente desolador: España es cada vez más vieja, sin jóvenes y sin niños, con los hogares vacíos y con más familias rotas” informa el portavoz del Instituto de Política Familiar. En España la población mayor de 65 años representa ya mas del 20% de la población total.

Tanto la institución familiar como el matrimonio están sufriendo ataques de los que pretenden independizarlos de la ley natural. Ya no se aprueba la protección de la familia y sí normas infames que, al minar las raíces de la sociedad, aceleran su desintegración. La familia no sólo está en la médula de la vida cristiana; también es el cimiento de la vida social y civil.

“En realidad el matrimonio y la familia no son una construcción sociológica casual fruto de situaciones históricas y económicas particulares. Al contrario, la cuestión de la correcta relación entre el hombre y la mujer hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano y sólo a partir de ahí puede encontrar su respuesta. Las diversas formas de disolución del matrimonio son expresiones de una libertad anárquica, que se quiere presentar erróneamente como verdadera liberación del hombre”, afirma el Papa Benedicto XVI.