La serie “Hermanos” se emite por Telecinco los martes a las 22,45 horas. En un barrio humilde, Alberto, Juan y Virginia (en la imagen) han crecido juntos y son muy amigos. Alberto inicia sus estudios en Derecho, Virginia se matricula en periodismo y Alberto se pasa la vida en el gimnasio. Pero algo trágico e inesperado hará que sus vidas se separen.
Juan es un joven impulsivo que sueña con convertirse en boxeador profesional. Alberto es el ambicioso hermano de Juan que lucha por alcanzar el poder. Y Virginia es una mujer decidida a hacerse un nombre en el mundo del periodismo. Este trío de personajes apasionados se enamoran, se arriesgan y toman decisiones que cambiarán sus vidas.
Con este título, Telecinco, lanza esta miniserie de seis episodios ambientada en los años 80. Los conflictos que envuelven a los protagonistas se acercan más a los de una ficción made in USA que a los de la sociedad real de la España de hace más de 30 años. Competiciones de boxeo, peleas amañadas, mafias, desahucios, drogas, favores sexuales y traiciones son sólo una muestra de una historia que quiere abarcar acontecimientos nacionales e internacionales. Es poco creíble que todo pueda recaer en tan sólo tres personajes relacionados entre sí y esto afecta a una trama que, por poco profunda, debe ir añadiendo conflictos para mantener la atención.
“Hermanos” no es sólo superficial en la exposición de sus argumentos, también lo es en la configuración de algunos de sus personajes. Si en la base del argumento prevalece un amor disputado entre dos hermanos, la mujer de este amor debería contar con un personaje que lo mereciera. A Virginia tanta atención, con su existencia simplista y carácter bobalicón, no la hacen una digna protagonista.
Sin duda, el esfuerzo técnico se refleja en la más que aceptable puesta en escena. Quizá se abusa de algunos efectos, pero el resultado de la filmación es sugerente y poco habitual en las series españolas ambientadas en la época moderna. A pesar de todo, esta habilidad técnica no suple la falta de elegancia de las tramas, la inexistente sutileza en los diálogos y la permanente necesidad de mostrar las oscuridades del ser humano (Fuente: Telespectadores Asociados).
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