Beato de Liébana o Beato de Manchester del siglo XII contiene 123 miniaturas iluminadas con oro y plata, en latín con escritura carolina-pregótica, consta de 510 hojas de pergamino, se encuentra en The John Rylands Library.
– Como todo Beato de Liébana es un comentario al Apocalipsis, basándose en el texto en el libro original del monje llamado Beato del siglo octavo, que vivió y existió en Cantabria.
Uno, se pregunta, muchas o algunas veces, cuánto arte, cuánta cultura humana a lo largo de los siglos y milenios se habrá perdido o destruido. En este caso, cuántos Beatos de Liébana, cuántos códices medievales, en sus textos o escritos, o iluminados-miniados-ilustrados-pintados.
En este códice, denominado de Manchester del códice de Liébana, nos enfrentamos a una gran obra de arte. Siempre, he indicado, comparable a las pinturas murales o en tabla de su época, o comparable a las pinturas murales de iglesias y edificios de su tiempo.
Como toda obra de arte, o gran obra de arte, intenta aunar, crear puentes entre diversidades de islas conceptuales y culturales, diríamos islas metafísicas y filosóficas, islas religiosas y espirituales, islas culturales y artísticas y estéticas y artísticas plásticas, islas sociales y políticas y económicas… Una obra de arte, sea el género que sea, dispone algo de todas estás áreas o niveles o vectores o factores o variables o entidades o realidades. Cierto que en grado o calidad o cuantificación diferente. Pero esto sucede desde la prehistoria hasta hoy, al final, los estilos o tendencias, que tanto se valora, son los moldes, es secundario.
– Hoy, la humanidad tiene la suerte, que se realizan copias facsimilares, incluso notificadas y autentificadas por notario, que son casi exactas al original. Lo cual, permite, que muchas personas, entidades, colecciones, museos, fundaciones dispongan de un ejemplar de esta obra, en el estado actual de conservación, además, de tener una posibilidad más, que si se perdiese el original, esperemos que la historia no sea tan ingrata con esta obra, y con otras, queden esas copias facsimilares, para que el futuro pueda aprender y aprehender, valorar y disfrutar de lo que nos han dejado generaciones pasadas. Valorar lo que la humanidad es capaz de realizar, lo bueno y bello y verdadero, porque necesitamos también alegrías y esperanzas. No somos buenos del todo, pero también somos buenos.
– Esta y estas obras de arte, nos enseñan muchas perspectivas, en otras condiciones sociales y ambientales, yo no comentaría o señalaría, que no solo han existido epidemias como la actual, que comparada con las del pasado, no sería nada, sino que siglo tras siglo, por eso se comenta el Apocalipsis, los cuatro jinetes, horadan el corazón y la carne y el alma y el cerebro humano. El Apocalipsis de alguna manera, libro de la Biblia, sin negar el dolor y sufrimiento humano es un canto a la humanidad. Es decir, a pesar de los pesares y penares, colectivos y de cada individuo, la vida sigue y prosigue, la vida siempre vence y siempre gana. Además, de existir un mensaje de Trascendencia, que la vida no es solo esta vida. Cosa que unos creerán y querrán creer, y otros, ni creerán, ni querrán creer.
La belleza es un instrumento, entre muchas otras funciones, que nos enseña y permite vivir y existir. Dicho de otro modo, es una manera o forma, una más, que los humanos nos hemos inventado, sea por necesidad o congénita, no solo de expresarnos y de intentar entender el mundo, sino de alguna manera, nace de dentro y desde dentro, por lo cual se produce una especie de catarsis, una liberación interior. Hoy, el arte, todas las artes, se han mercantilizado en demasía, quizás siempre ha ocurrido, porque esta obra, solo pudo ser hecha para alguien de las altas clases sociales, por el coste que suponía, es decir, varios meses de escritura y de pintura. Lo cual, tendría un coste elevado, varias personas realizando este trabajo, este ejemplar, durante varios meses, en algún scriptorium medieval.
Hoy, por Internet, y con otros medios, podemos ver y visualizar y pensar e imaginar esta obra, por lo cual, no podemos tener el original, quizás, tampoco alguna copia facsimilizar, pero quizás, podríamos acercarnos a beber de estas fuentes, de este saber, de esta sabiduría, de esta belleza, a través del enorme mar-galaxia-volcán que es Internet. Cierto es, que hay que conocer algunos códigos, algo del arte religioso cristiano, algo de la época, algo de arte plástico. Pero incluso no sabiendo o no conociendo nada, estas imágenes nos atrapan, nos meten en un espejo, en el cual buceamos, no solo en lo que representan, sino en nosotros mismos…
Diríamos que de vez en cuando, comento modestamente alguna de estas grandes obras medievales, en libro y pintura, que conectan varios sentidos, porque son obras bastantes desconocidas, y son grandes hitos de la conquista de la humanidad, de la búsqueda de la verdad-bondad-belleza-racionalidad-utilidad. Paz y bien.
Los comentarios están cerrados.