Qué hacer y qué pensar

Qué hacer y qué pensar

Estamos en una situación mundial muy compleja, que afecta al ser humano individual y colectivo. No sé si tenemos suficientes conocimientos verdaderos para resolverlo.

El psicoanalista Manuel Fernández Blanco, redacta en La Voz de Galicia, un artículo titulado Pobreza, angustia y culpa, con fecha del 07 octubre del 2018, en el que analiza varios parámetros de la sociedad actual, incluido la cuestión del neoliberalismo o, y neocapitalismo.

Me he acercado a este autor, porque en una de las crónicas-comentarios-tesis sobre el articulismo he leído la importancia de Manuel Fernández, pero buceo en la fuente de la sabiduría-conocimiento actual, Internet, y me encuentro, con epígrafes de articulismo de varias entradas-personas-personajes con el mismo nombre y el mismo primer apellido, varias entradas diversas y diferentes, con artículos dentro, de distinta temática, y distinto estilo –lo que me lleva a la duda, de si son los mismos autores, que redactan distinta temática y estilo según el medio, o, son diversos autores-.

Por lo cual, me lleva a la siguiente deducción-inducción, una, que al menos, en Internet, se exponga en los autores, el segundo apellido, porque si no, se va a convertir este mar de información, es un lago imposible de entenderse-comprenderse. Seguro estoy que con el mismo nombre y primer apellido, existen en Latinoamérica, otros articulistas-comentaristas-críticos-cronistas-columnistas.

Ya, que hemos empezado con esta cuestión, esencial, a mi modo de ver, además, cuándo vaya pasando el tiempo se irán acumulando informaciones de nuevas generaciones, que tendrán también el mismo nombre y primer apellido. Si un sistema tecnológico informativo, proporciona conocimiento, tiene que hacerlo-crearlo-diseñarlo con rigurosidad y eficiencia. Con este dato aclaratorio y definido, debería en las entradas de los buscadores, indicar, no solo el título y el autor, de esa noticias o información, sino también la fecha de producción. Sería una forma esencial, de no hacer perder tanto el tiempo, porque el tiempo es valioso para todos.

Hace ya tiempo, en un artículo propuse, que ante la situación de nombres y apellidos, se estudiase si dentro del sistema jurídico y legal de la actualidad, sería conveniente, oficialmente, no tener dos apellidos, sino de cuatro. Sé que para el sistema jurídico es suficiente con dos, y, el número oficial, pero para las personas, para entendernos entre nosotros, para Internet, quizás, los cuatro apellidos, o, al menos, tres, podría ser una ayuda para dilucidar y no caer en la confusión a la que vamos, nos encontraremos, dentro de unas décadas en Internet, varias docenas de personas, con la misma actividad o similar o diferente, con el mismo nombre y el mismo apellido. Todavía estamos a tiempo de resolverlo. Cierto es, si de verdad, queremos convertir esta enorme biblioteca mundial en algo eficiente, rápido, profundo, esencial del conocimiento humano del ser y estar de la realidad y en la realidad.

Demasiadas veces, pienso que las palabras velan y desvelan, nos aclaran y desaclaran, las palabras-términos-vocablos, unas representan-responden a una realidad concreta de un individuo, otras, a una multitud de individuos, otras, son relaciones-funciones entre y con alguna característica de un individuo consigo mismo, o de un factor-variable-potenciador-función entre dos entes o entre un colectivo de entes, otras veces, es una generalización-abstracción de multitud de entes, y de multitud de interrelaciones de entes y de características.

Por tanto, indicar-expresar-cantar-narrar que tal concepto-palabra-idea-vocablo-término es positivo o negativo, y, dicho concepto, afecta no a un ente-individuo, no a una característica de un ente-individuo, o a un conjunto de entes-individuos en una característica, sino que se relaciona a cientos de entes-individuos formando sistemas o subsistemas, es enormemente complejo. Pienso que con la razón a palo seco, con el lenguaje humano natural, no técnico, con el conocimiento humano llevado por la intuición y la percepción simple y, diríamos la acumulación, biográfica y experiencial que cada sujeto haya ido realizando-construyendo a lo largo de su existencia-existencialidad-vivencia-vivencialidad, me parece, en principio, peligroso y limitado y dubitativo. 

Indicar que un sistema social, macrosocial, por tanto, con subsistemas tecnológicos, sociales, políticos, económicos, culturales, religiosos, etc., que todo en él, es un enorme desastre-error-amputación-tergiversación de la realidad-real, me parece, en principio, enormemente complejo de creer-aceptar, y, entra más en un análisis de creencias, que no de demostraciones racionales, en mayor o menor grado empíricas, es algo así, como indicar, que una rama del saber, no aporta ningún conocimiento a la estructura de la realidad cognoscitiva humana.

Esta forma de pensar-ser-estar frente a las ideas-cultura-culturas ocurre muchas veces, a lo largo de la historia, quizás, se produce una reducción de la realidad real, frente a la realidad mental-conceptual-cultural. Más en esos mundos que las ideas y los hechos, se mezclan de mil modos, y, no solo existe una idea y un hecho, sino docenas, que tienen o pueden formar combinaciones de enorme complejidad y riqueza cultural e interpretativa. Somos y estamos en una selva de conocimientos e ideas. Y, la realidad, en realidad es que estamos perdidos, no tenemos brújulas exactas, salvo, las ciencias ortodoxas, y en menor medida la filosofía racional argumentada. 

Hoy, en este viajar por el articulismo español, que estoy haciendo, imposible abordar en la totalidad, ya que existen cientos de nombres, todavía creando sermones literarios y periodísticos seculares y no seculares, hoy le ha tocado en el azar de los nombres y de la lotería de la información, a nuestro autor. A todos y en todos recomiendo la lectura, de todos y en todos, podemos aprender y desaprender algo. Aquí, mi modesto homenaje a este articulista, y a los cientos que actualmente existen en las letras de los periódicos, a los miles y docenas de miles que han existido en este solar-geografía-paisaje, en estos, al menos, tres siglos…

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