El Comité de Relaciones Exteriores del Senado presentó el miércoles a tres figuras significativas: el Ministro de Relaciones Exteriores, John Kerry, el Ministro de Defensa, Ashton Carter y el presidente del Estado Mayor General, Martin Dempsey. En el primer lugar del orden del día figuraba el borrador para conferir al presidente Barack Obama las facultades para combatir la guerra.

El proyecto de la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUFM) fue enviado al Congreso en febrero. Allí, Obama solicita una autorización de tres años para llevar a cabo operaciones militares contra ISIS. El período de tres años designado cubriría el resto del término de Obama en la Oficina Oval, y proveería el tiempo exacto para que el próximo presidente pudiera contemplar la renovación de la AUFM.

El proyecto de ley ha sido criticado por Demócratas y Republicanos por razones diferentes. Los Demócratas están escépticos a causa de la flexibilidad general del lenguaje del proyecto de ley y temen que los EE.UU. pudieran verse inmiscuidos en otra guerra ilimitada en el Medio Oriente, mientras que los Republicanos demandan disposiciones más estrictas.

Ash Carter, el Ministro de Defensa, sostuvo que se requería flexibilidad para combatir contra los blancos afiliados a ISIS, en lugares como Nigeria y Libia. Kerry, por su parte, declaró que Boko Haram en Nigeria no será un blanco directo en el futuro previsible.

La audiencia se produjo en el momento en que las fuerzas iraquíes y las de las milicias chiitas, apoyadas por el Irán, iniciaron una operación militar a gran escala en Tikrit. El General Dempsey dijo que todavía era demasiado temprano para predecir el resultado de la decisión de los iraníes, sobre si ayudarán a los sunitas iraquíes o comenzarán otra limpieza étnica en Tikrit posteriormente a la operación.

“Ellos [las milicias iraquíes e iraníes] van a desalojar a ISIS de Tikrit,” dijo Dempsey “La cuestión es lo que ocurrirá después”. Carter y Dempsey evitaron dar fechas ciertas respecto de la victoria sobre ISIS.

Los tres funcionarios insistieron en que el despliegue de una gran cantidad de tropas estadounidenses no sería aconsejable. Sin embargo, ellos declararon que fuerzas especiales deberían ser asignadas, si una operación contra el liderato de ISIS fuera considerada necesaria.