Por Shane Jacobs
De acuerdo a la prensa keniana del 7 de abril, las autoridades en Mombasa han desplegado 300 policías para mantener la seguridad y prevenir ataques terroristas en áreas clave de la ciudad. El jefe de policía del condado de Mombasa, Robert Kitur, declaró que las autoridades están centrando sus esfuerzos en un imán anónimo y en otro miembro de la mezquita Masjid Shuhadaa, luego de los sermones dados el pasado viernes, durante los cuales el imán fue grabado exhortando a los devotos a “limpiar a Mombasa de infieles“.
El imán dio el sermón luego del asesinato, que ocurrió la semana pasada, del clérigo extremista Abubakar Shariff “Makaburi”, llevado a cabo por pistoleros no identificados.
En su comunicado, Kitur también declaró que las autoridades están centrando sus esfuerzos en supuestas células terroristas en las áreas Majengo, Kisauni y Likoni de la ciudad. El comisionado del condado de Mombasa, Nelson Marwa, anunció además el establecimiento de una nueva estación de policía en el Canal Likoni, una terminal de transbordadores usada diariamente por miles de automovilistas, a quienes Marwa calificó como blanco fácil. Como único puerto marítimo entre Tanzania y el Mar Rojo, Mombasa es un centro clave de transporte internacional. De acuerdo con la Autoridad Portuaria de Kenia, el puerto manejó mas de 22,3 millones de toneladas de carga en 2013, y sirve de punto de tránsito para mercaderías de y hacia Burundi, la Republica Democrática del Congo, Sudán del Sur, Tanzania y Ruanda. Los disturbios civiles a gran escala o un gran ataque terrorista en la ciudad podrían tener un grave impacto en el transporte internacional y en la economía de Kenia.
Por separado, la policía de Nairobi declaró que el estadio Safaricom Kasarani, donde las autoridades continúan procesando a los refugiados somalíes detenidos en la capital, está actualmente vedado para los medios de prensa o las agencias de ayuda. El vocero de la administración, Masoud Mwinyi, anunció que agencias apropiadas serán identificadas y se les permitirá acceso, a medida que ello sea necesario. Mwinyi declaró además que la policía ya ha filtrado a más de 3.000 detenidos y está reteniendo a 467 para investigarlos más. La policía ha presentado cargos contra otros 69, por motivos no especificados. El oficial de información de la UNHCR, Emmanuel Nyabera declaró que las negociaciones con las autoridades kenianas continúan y está tratando de conseguir acceso para brindar asistencia a los detenidos.
Además de las críticas de las agencias internacionales de ayuda y de las organizaciones de derechos humanos, las familias somalíes locales están preocupadas por la actual política en relación con los refugiados. Informes de prensa hablan de acusaciones por arrestos arbitrarios, falta de acceso a los familiares detenidos por las autoridades y una generalizada falta de transparencia en la implementación de las normas, todo lo cual seguirá deteriorando las relaciones interétnicas en el país.
Si bien la presente campaña anti-terrorista podría resultar en una limitada interrupción del planeamiento o ejecución de ataques, las medidas draconianas como las que se están implementando en Nairobi y Mombasa bien podrían exacerbar los sentimientos extremistas entre los somalíes locales y la población musulmana de Kenia.
Shane Jacobs es un comentarista independiente sobre asuntos políticos y militares
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