“La educación es libertad”
Paulo Freire
Una vez más los “soñadores”, tal como se denomina a los beneficiarios del DACA -Acción Diferida para los Llegados en la Infancia -, insisten en ser reconocidos como parte fundamental del sustento y crecimiento económico de Estados Unidos.
Desde que comenzó la pandemia, muchos de ellos enfrentan el covid 19 desde la primera línea: como parte del personal de la salud – doctores, ayudantes, técnicos, paramédicos, enfermeros, personal de atención médica domiciliaria, etc.- y en rubros imprescindibles como lo son los supermercados y las farmacias.
Sin embargo, hagan lo que hagan, la Administración de Donald Trump buscó poner fin a ese beneficio migratorio en 2017, que si bien está vigente por orden de tres jueces federales, no deja de estar bajo amenaza. Esta iniciativa logró aliviar temporalmente la deportación y obtener la autorización de trabajo a aproximadamente 825.000 jóvenes indocumentados en Estados Unidos.
Estos jóvenes fueron introducidos ilegalmente en Estados Unidos antes de cumplir los 16 años de edad. El DACA fue la solución para ese vacío legal porque les permitió trabajar y continuar con sus estudios. Su continuidad está en manos de la Corte Suprema. El pedido de los Dreamers es claro: prorrogar por dos años las aplicaciones de DACA, ya que la atención al público en el servicio de inmigración fue suspendida por la pandemia.
El temor permanente de esos miles de jóvenes indocumentados es la deportación. Los soñadores viven su peor pesadilla. Por eso, hace dos meses atrás se movilizaron para exigir la continuidad del programa
El último reporte relacionado con los Dreamers proviene de la Secretaria de Educación (DOE) Betsy DeVos quien, a través de un comunicado, informó que los Dreamers quedan excluidos del incentivo económico del gobierno. Los receptores del DACA – 450.000 estudiantes indocumentados – no podrán acceder a becas universitarias de emergencia aprobadas por el Congreso. Se asignaron $14 mil millones para la educación superior en un Fondo de Ayuda de Emergencia para la Educación Superior (HEERF), de los cuales $ 12.6 mil millones se destinan a colegios y universidades con el fin de ayudar a estudiantes que hayan padecido algún tipo de merma en sus ingresos por el covid-19.
“Solo los estudiantes norteamericanos podrán acceder a las becas y nadie más”, aseguró Betsy DeVos quien, según sus declaraciones, se basa en la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica del Coronavirus -más conocida como Ley CARES. Sin embargo, según los analistas, los Dreamers fueron contabilizados para asignar el dinero a los diferentes centros de educación.
La espera se hace larga y a los soñadores se les hace difícil conciliar el sueño.
Los comentarios están cerrados.