¿Cómo se pudo llegar a esa realidad, y si se puede volver a repetir?
En este artículo no voy a describir esta realidad, porque ya lo he hecho en algún otro. Ni siquiera describir razones y motivos y causas, históricas, sociales, psicológicas, culturales, etc., que terminaron con este enorme horno. Ni siquiera voy a describir otros genocidios que se han producido en el siglo veinte, con otros nombres, lugares, banderas, antes y después de esta enorme crueldad-salvajismo. Sino haré una pregunta más sencilla, creo que más profunda, incluso más difícil de contestar:
¿Cómo un ser humano, o un pequeño grupo, pudieron diseñar, mandar, gestionar que se hiciese esta barbaridad, que no encontramos nombre, ni adjetivos para ella, en el diccionario? ¿Y cómo miles, aceptaron realizar dicho hecho, con mayor o menor responsabilidad?
– En definitiva, nos estamos enfrentando al misterio y enigma, a la esencia y a la accidentalidad del ser humano.
¿Cómo por muchas supuestas razones, al menos más de una veintena, cómo pudieron intervenir, concretarse, concentrarse, unirse entre ellas, para al final, crear esta monstruosidad, monstruosidad que generaciones, siglos y siglos, los humanos no entenderán, no comprenderán, ningún humano con una mínima buena voluntad, una mínima racionalidad…?
¿Muchas veces, me he preguntado y cuestionado, si familias enteras, desaparecieron, en el humo o por hambre o por enfermedades o por crueldades de todo tipo, si algún miembro de esa familia, diríamos nuclear, o en sentido amplio, de cinco o seis miembros, o de veinte o treinta, contando tíos y abuelos, etc., si alguno de esas personas quedó con vida, y vivió y existió durante veinte o treinta años después, qué pensaría, qué torturas psicológicas llevarían dentro, qué catástrofes en su interior sufrirían, qué pesadillas…?
– ¿La pregunta sigue en pie, y a no ser, que se repita este hecho, en otro lugar, con otras banderas, otras circunstancias, aunque si se han producido nuevos genocidios, nuevos campos de concentración, antes y después y al mismo tiempo, aunque de otra forma…? ¿Decíamos cómo se puede explicar esta barbaridad, qué realidad profunda arrastra el ser humano, en su fondo y en su ser, dentro de sí, de una enorme bondad, cómo lo vemos en grandes santos y santas de estos dos últimos siglos, pero también de una enorme maldad y mal, como el caso que estamos intentando mostrar e indagar…?
Esta realidad, cientos de campos de concentración extendidos por casi toda la geografía del siglo veinte, por casi todos los continentes geográficos y culturales e ideológicos, salvo en los países de la democracia, fuese ésta en mayor o menor grado.
¿Cómo si nos enfrentamos al Padre Pío, un ser humano puede tener tanta bondad y tanta caridad, y tanto sufrimiento, y cómo, sin nombrar nombres, del sentido contrario, pueden albergar tanto odio-inquina-rencor-maldad-mal para diseñar-materializar un genocidio entero, de un pueblo entero, por unas razones o por otras, que las ciencias sociales y la psicología y la psiquiatría, razones circunstanciales o no, individuales y colectivas, pudieron diseñar, este plan…?
¿Porque siempre nos movemos en un triple ámbito, al menos, primero, mandar que se realice un plan como éste, que suponemos fue pensado, por un grupo muy reducido de personas, quizás no más de diez; en una segunda fase, el estudio y análisis de dicho plan, diseñarlo en sus grandes líneas, que en este caso, fue la famosa reunión cercana a Berlín, para estudiar la famosa y denigrante “solución final”, y tercero, la infraestructura tecnológica y técnica para aplicarlo, pero no a uno o a diez o a cien personas, sino a millones, a mujeres, niños, niñas, ancianos, ancianas, adultos…, de distintos grupos, pero especialmente, a judíos…?
– Siempre he partido de un concepto o principio, un axioma como diríamos en las ciencias formales, los tataranietos no son mejores que los tatarabuelos. En esencia las personas, al menos de momento, somos de la misma especie, cambiando ciertamente, en cierto modo, la ideología-sociedad-cultura, pero en el fondo somos exactamente iguales, con las mismas luces y con las mismas sombras…
Por lo cual, si las generaciones anteriores realizaron este hecho, no olvidemos que la mayoría de nosotros, hemos nacido diez o treinta años después del término de esta barbarie. Hemos nacido diríamos como Platón y Sócrates, varias décadas después de la última guerra médica. Y queramos o no, en mayor o menor grado, estamos influidos por esos hechos, de mil modos y mil maneras…
¿Cómo el corazón-mente humana, pudo llegar a una realidad como ésta? ¿Y se podría producir otros hechos similares, si se ponen las condiciones, circunstancias, situaciones, etc.? ¿Si se cae en algo que podríamos definir, “cómo una anarquía del Estado”, y el enorme poder del Estado, un Estado no democrático, impone un diseño parecido a éste o similar, se pueden producir otras clases de genocidios…, en algún lugar del mundo, ante el temor o el odio o la inquina o rencor a otro grupo social…?
¿Cómo se puede explicar, que al menos un millón de niños y niñas, murieron en estos campos de concentración, cómo otros tantos, en otros conflictos, de otras maneras o formas, cómo en estas realidades, y después en los movimientos de venganzas que se produjeron después también y de reacción…?
¡Qué llevamos dentro, que está dormido y que no deberíamos despertar! ¿¡Esta es la gran cuestión!? ¡¿Sí, usted y yo y su vecino…!?
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