Como dice el autor Carlos Fara, las encuestas no son los únicos mecanismos que nos muestran la manera en que piensa la sociedad, la creación de opinión publica basada en las tendencias y preferencias que despiertan interés en los individuos a partir de la ocurrencia de hechos también nos permiten entender lo que pasa por la mente de la ciudadanía.
Nuestro autor percibe a los estudios de opinión pública como esa brújula tan necesaria cuando no tenemos claro el camino que tomaremos. Es necesario que conozcamos a nuestra audiencia, lo que en el ámbito anglosajón se conoce como el target, porque no podemos hablarle a un público general sin conocer sus especificidades. Conociendo nuestra audiencia, sabremos cuales son los segmentos poblacionales donde tendremos un efecto contundente a la hora de obtener votos. Este mismo estudio de targets nos permitirá hacer una autoevaluación que nos dirá donde se encuentra nuestro voto duro y cómo podemos ampliar nuestra posibilidad de lograr otros.
Luego que tenemos una fotografía de nuestro electorado y sabemos como este se inclina hacia un candidato o hacia otro, tenemos que identificar la coalición ganadora mínima, es decir, debemos saber cuáles son los diferentes sectores de la sociedad que son estrictamente necesarios para que podamos ganar las elecciones, este mapa de actores es clave.
Ahora es el momento de saber cuáles son los posibles escenarios que se pueden presentar, en otras palabras, debemos saber anticipar futuros. Estos escenarios dependerán del lado donde nos encontremos porque no es lo mismo para un candidato oficialista hacer campaña cuando su gobierno es un desastre económico a un candidato de la oposición hacer campaña cuando el gobierno ha logrado un milagro económico en el país.
Ya conocemos nuestro electorado y la fidelidad partidista que puede tener, ahora es necesario saber quiénes serán nuestros competidores porque en gran medida nuestra campaña se diseña pensando en ellos también. Un análisis FODA de los competidores debe darnos una idea de sus fortalezas y debilidades. Lo anterior, unido a los temas de la agenda que queremos posicionar, así como al posicionamiento y aceptación popular de cada competidor son aspectos cruciales para diseñar una hoja de ruta que nos sirva de guía para llegar nuestra audiencia a conquistar.
Es necesario saber que para conocer la opinión o el parecer sobre nuestro candidato tenemos necesariamente que hacer un estudio, en este caso puede ser cuantitativo (encuestas) o cualitativos donde no hay números, pero si percepciones, motivaciones y emociones.
En cuanto a las encuestas, tenemos un sinnúmero de ellas, pero debemos empezar con la encuesta de referencia que es la más abarcadora porque es donde preguntamos todo lo que necesitamos saber sobre el momento electoral. Como todas las encuestas, es simplemente una fotografía del momento, pero es sumamente útil para saber en qué pie estamos parados al inicio. Luego debemos hacer uso constante (más bien, periódico) de las encuestas de seguimiento a las cuales les vamos introduciendo preguntas del momento que se vive para ver como esto influye en el voto.
No podemos olvidarnos de la famosa encuesta de “boca de urna” que es ya la última medición que hacemos cuando se han cerrado las mesas de votación y queremos tener un pronóstico del resultado de los comicios. Previo a este punto final de la encuesta de salida, existen otros tipos de mediciones que se realizan en todo el desarrollo de la campaña pero que evidentemente dependerá de la disponibilidad de presupuesto que tiene la campaña. En una visita al Ecuador, estando en un programa de radio, a unos colegas les preguntaban qué es lo más importante para ganar unas elecciones y ellos sin pensarlo dos veces dijeron: dinero. Cuando llegó mi turno, yo estando de acuerdo con ellos, no quise que el dinero sea mi primera respuesta, traté de que la autenticidad y honestidad (la ética) del candidato sean su mejor bandera como primer aspecto; en segundo lugar, un mensaje con un contenido bien elaborado; y en tercer lugar: el dinero, los recursos son fundamentales. Si hoy me hicieran la misma pregunta, les diría que a menudo muchos candidatos con dinero pierden elecciones, pero he visto a muy pocos ganarlas sin dinero.
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