La crisis del sector automovilístico va más allá: coches más viejos, sin seguro ni ITV

La crisis del sector automovilístico va más allá: coches más viejos, sin seguro ni ITV

– El frenazo en la venta de vehículos repercutirá en el envejecimiento del parque automovilístico español

– La contratación de pólizas para vehículos nuevos también se ha frenado

– El impuestazo y la crisis económica podrían incrementar el número de conductores que deciden prescindir del seguro obligatorio

Si bien la pandemia ha traído aparejada una crisis económica que ha repercutido en numerosos sectores, uno de los más afectados ha sido el del automóvil. La paralización de la movilidad durante y después del confinamiento, la implementación del teletrabajo, la reducción de los ingresos de las familias…Han tenido un impacto directo en la adquisición de vehículos, tal y como explica el comparador Acierto.com.

En concreto, las ventas de vehículos nuevos en febrero sufrieron otro batacazo (cayeron un 38%) y, el mes pasado, las matriculaciones experimentaron un descenso del 30% respecto del año anterior. A esto se añaden las alzas fiscales, la reducción de emisiones y la falta de incentivos, que complican todavía más el escenario de mejora.Tal es así que la automoción ve peligrar su recuperación hasta al menos el año 2022.

Sin embargo, más allá de las consecuencias directas para el sector, existe una cara B de esta situación que acabará afectando a un nivel más profundo. De hecho, tal y como apunta Acierto.com, el frenazo en las ventas envejecerá todavía más el parque automovilístico español, e incluso podría derivar en comportamientos de riesgos relacionados con la falta de mantenimiento de los coches, la no contratación de seguros de coche, etcétera. Con los peligros que todo esto implica.

El envejecimiento del parque automovilístico y sus peligros

Así, el frenazo en las ventas aumentará la edad de los vehículos que circulan por las carreteras españolas. Solo este 2020 la media de años de nuestros vehículos ha superado los 13 años. Unas cifras alarmantes si tenemos en cuenta que “los automóviles con más de 10 años tienen el doble de posibilidades de sufrir un accidente y los que superan los 14 años, el triple”, señalan desde Acierto.com.

“Los principales motivos de este mayor índice de siniestralidad son la falta de sistemas de ayuda a la conducción, como el ESP y el ABS, además de un mayor riesgo de avería mientras se circula que pueda derivar en un accidente de tráfico”, aclara Brüggemann, cofundador de la entidad. La investigación realizada por Acierto.com también indica que el 55% de los coches que circulan por las carreteras españolas superan los 100.000 kilómetros.

¿Prescindir de la ITV y del mantenimiento? Mala idea

A esto hay que añadirle otro punto más: la crisis económica también está afectando al mantenimiento del vehículo, la asignatura pendiente de los españoles. Actualmente hasta dos de cada cinco españoles admite no pasar las revisiones estipuladas por el fabricante del vehículo.

El dinero es la principal razón para no hacerlo. De hecho, casi el 25% afirma que solo lleva su coche al taller si no le queda más remedio. Asimismo, 3 de cada 5 no cambia sus neumáticos a tiempo. Según Acierto.com, este comportamiento podría agravarse como consecuencia de la crisis económica.

Por desgracia, esta falta de mantenimiento dispara las averías, incrementa las posibilidades de tener un accidente, y también aumenta el riesgo de quedarse tirado en carretera: uno de cada diez conductores reconoce que se ha quedado tirado en la carretera por no haber llevado a tiempo el coche a la revisión.

Directamente relacionado con esto no podemos dejar de hablar de la ITV. Según las cifras que maneja Acierto.com, se han duplicado los coches que circulan en España con la ITV caducada. En concreto, la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos indica que 45 de 100 vehículos que circulan no tienen la ITV en regla. Circular sin ella está sancionado con una multa de 200 a 500 casos dependiendo del caso.

Pero no es la única consecuencia, sino que circular sin la ITV puede conllevar importantes conflictos con el seguro si tenemos un siniestro. De hecho, la aseguradora podría negarse a hacerse cargo de daños propios en caso de accidente, precisamente porque los papeles del vehículo no están en regla. También podría negarse a cubrir los daños a terceros si el percance ha tenido lugar como consecuencia de fallos mecánicos que podrían haberse detectado durante la inspección. Para más inri, hasta el 10% de los coches implicados en accidentes con víctimas del último año tenía la ITV caducada.

¿Más conductores sin seguro?

El comparador de seguros Acierto.com también apunta que: “tal y como sucedió en la anterior crisis económica, el número de conductores que deciden prescindir del seguro podría aumentar. En concreto, este tipo de problema empezó a despuntar en el año 2008, y en solo 10 años el número de vehículos sin asegurar era un 41% superior.

Hoy el número de vehículos asegurados en nuestro país se sitúa en 32.054.257 unidades (primer trimestre de 2021), según el FIVA. Lo que implicaría que más de 2,5 millones de vehículos en España circulan sin seguro actualmente.

Los datos han sido obtenidos tras consultar el número de vehículos matriculados a finales de año, con los censados en el Fichero Informativo de Vehículos Asegurados. Por otra parte, tradicionalmente la falta de recursos económicos se encuentra entre los principales motivos de un índice alto de vehículos sin seguro.

Y, ¿cuáles son las consecuencias de circular sin seguro? En primer lugar se trata de una infracción cuya sanción administrativa va desde los 601 euros a los 3.005, según el tipo de vehículo. En el caso de los coches, asciende a 1.500 euros. “Pero, además, se trata de una auténtica temeridad, pues en caso de accidente el conductor se verá obligado a responder por sí solo a los daños que haya ocasionado a terceros”, comentan desde el comparador Acierto.com.

En primera instancia se hará cargo el Consorcio de Compensación de Seguros (la prima del seguro obligatorio tiene un recargo de 3,5 euros que se destinan al Consorcio de Compensación de Seguros, para que este afronte los gastos que generan los vehículos sin seguro). Pero después la entidad reclamará esos daños al conductor que circulaba sin póliza.

“Por otra parte, un accidente puede terminar en un proceso judicial, otra situación a la que deberá enfrentarse el conductor sin seguro por su cuenta. Un seguro, de hecho, suele incluir la defensa jurídica”, matiza la entidad.

Incluso estamos obligados a asegurar nuestro vehículo si este se encuentra en un garaje y no lo utilizamos, o aparcado en la calle. Esto viene a colación precisamente del confinamiento, cuando muchos conductores pensaron (erróneamente) que podían dar de baja su seguro de coche para no seguir pagando. Sin embargo, hacerlo no es buena idea, pues continúa siendo obligatorio contar con un seguro en estos casos. Por ejemplo, el seguro respondería si nuestro vehículo aparcado en pendiente se desplazara cuesta abajo y ocasionase daños. En definitiva: mientras el vehículo esté dado de alta en el censo de vehículos de la Dirección General de Tráfico, estará obligado a contar con un seguro.

Seguros cada vez más básicos

Para acabar, no podemos dejar de comentar que aquellos que sí aseguran su coche están optando cada vez más por pólizas más bajas. Algo motivado precisamente por el envejecimiento del parque automovilístico. Es decir, cuando se cuenta con un coche nuevo suele asegurarse a todo riesgo (al menos los primeros años) mientras que si se dispone de un vehículo antiguo se opta por una póliza básica.

El tipo de póliza que más se contrata para vehículos de más de 10 años de antigüedad es el seguro a terceros ampliado, con un 34,1% sobre el total. Las pólizas a todo riesgo apenas alcanzan el 5,2%. En cambio, 4 de cada 10 conductores de vehículos que no alcanzan la década de edad demandan seguros de coche a todo riesgo.

Además aquí hay que tener en cuenta que los coches más antiguos suelen tener seguros más caros también. Básicamente porque entrañan un riesgo mayor para la aseguradora.

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