Las propuestas del presidente de la Comisión Europea acerca de la regulación de los derechos de autor son algo necesario en el entorno online. Ya que es cierto que las formas de editar contenidos digitalmente en diarios y en otros medios plantean retos de cara a una justa retribución de los que colaboran con sus aportaciones. Ya que ayudan a que estos medios de comunicación sean más leídos y a que consigan beneficios a través de la publicidad que insertan en sus páginas.
Lo razonable sería que cada colaborador que redacta artículos que se publican cobrara una compensación económica por el trabajo realizado. Que provendría de los ingresos por publicidad o venta de ejemplares del medio de comunicación editado en papel o digitalmente.
Si se parte de la base de que las leyes que regulan los derechos de autor en el ámbito digital están obsoletas está claro que es indispensable cambiarlas por otras nuevas, que recojan adecuadamente los intereses de todos los que trabajan y colaboran en los medios.
La lucha contra la piratería creo que no admite discusión. Porque los contenidos no se crean solos es necesario dedicar tiempo para elaborarlos y, por tanto, a los autores hay que pagarles. Incluso me parece bien que sea a través de los anuncios o la publicidad, de tal manera que los lectores digitales no tengan que pagar y accedan a los contenidos de modo gratuito.
Existe un derecho a monetizar los contenidos reconocido por la Comisión Europea que preside Juncker. Por tanto, a partir de esta explícita afirmación habría que elaborar normas de obligado cumplimiento para todos los medios. Puesto que ya que estamos conviviendo en un Mercado Único Digital se debe racionalizar todo lo relativo a una justa compensación económica de los creadores culturales. Los escritos publicados a los que pueden acceder numerosos lectores en cualquier parte del mundo de modo digital deben ser pagados. Y la explotación de las obras, artículos, videos, audios, etc., que están en plataformas electrónicas también deben aportar beneficios económicos a sus creadores, aunque no sean muy elevados.
Considero que una de las claves para reconducir la situación actual sería que tanto las redes sociales como las empresas de publicidad y los medios de comunicación aunaran esfuerzos para ofrecer más contenidos de calidad monetizando, de forma generalizada, artículos escritos, videos, audios, etc. De este modo, se potenciaría también la creación artística, literaria, periodística, etc. Todo esto puede parecer muy difícil de lograr, pero no deja de ser un planteamiento racional de las cosas, aunque sea discutible desde otras perspectivas y puntos de vista. También es cierto que el mercado posee una dinámica que está controlada por los grandes medios de comunicación que defienden sus intereses y su modelo de explotación y cambiar este estado de cosas es difícil aunque no imposible.
Otra cuestión que tampoco conviene olvidar es que en la sociedad líquida en la que vivimos o en la también denominada sociedad del espectáculo una parte de la producción cultural parece haber quedado para uso y disfrute de minorías. Es otro elemento a tener en cuenta. Lo que no impide que se puedan aplicar los derechos de autor en beneficio de todos los creadores.
Los comentarios están cerrados.