Desde que empezó la cuarentena el 11 de marzo, los servicios sanitarios estatales dejaron de atender a pacientes que no tengan síntomas de corona virus. Hemos visto y escuchado en Paraguay denuncias de pacientes en redes sociales y algunos noticieros de esta criminal actitud institucional. Paraguay es un país donde el 23,5% [1] de la población es pobre y de ninguna manera este sector podría afrontar los costos de una enfermedad en nosocomios privados, menos aún si fuera una enfermedad catastrófica como es el cáncer, y, sin embargo el gobierno ha suspendido el tratamiento médico a miles de paraguayos, y no solo, también inexplicablemente dejó de ejecutar el presupuesto preparado para la contención de la pandemia.
Como testimonio contamos la vía crucis de doña Liliana María Báez, ella tiene 42 años y se dedica al ramo de la belleza en su peluquería. Tiene 4 hijos, solo dos en edad de trabajar. En mayo de este año fue diagnosticada de cáncer de colon y a raíz de esta situación su marido también sufre un cuadro de depresión. La señora Liliana Báez además de la quimioterapia necesita 28 sesiones de radio terapia. Cómo supimos en todo el país de su caso? Por la valentía de su hija Elizabeth, algo que caracteriza a la mayoría de las mujeres de Paraguay, ella está denunciando el abandono del estado, no solo a su madre [2] sino a miles de pacientes que no tienen voz, por redes sociales, medios de comunicación e incluso en protestas frente a la casa del ministro de salud de turno. En el Instituto Nacional del Cáncer –INCAN- que tenía el único equipo del estado que funcionaba, les dicen que el mismo está descompuesto, y ya no pueden hacer más nada por ella y su madre. Con eso dan por respondido su reclamo, por meses han insistido en el INCAN, al mismo Ministerio de Salud en sus diversas reparticiones pero siempre la respuesta es, “vayan a su casa que nosotros le vamos a llamar por teléfono”, pero pasan los meses y la salud se desvanece en el silencio administrativo.
Al tomar estado público su realidad las autoridades trataron de acallarla, diciendo que el ministerio de salud pagaría el tratamiento en algún sanatorio privado, o que ya estarían arreglando el aparato, mentiras cobardes nada más. Si la paciente acudiera a un sanatorio privado para las sesiones de radio terapia, le serían necesarios unos 33 mil dólares en 28 días, cuando la renta de una persona de clase obrera en Paraguay no pasa de 320 dólares en 30 días de trabajo, en otras palabras, completamente inalcanzable.
Es admisible ante el deterioro diario de la vida esta respuesta a enfermos graves? Es aceptable esta situación cuando casi todos los días leemos denuncias sobre sobrefacturaciones [3] en compras de camas [4] e insumos, y hasta denuncias de dejar caducar medicamentos [5], denuncias sobre proveedores del Ministerio de Salud que importaban medicamentos falsificados [6], que incluso hay parientes del ministro que ganan licitaciones [7], y al mismo tiempo escuchar la voz impotente y llorosa de Elizabeth porque ve a su madre apagarse. En qué manicomio se convirtió este país en cuarentena?
Cual es la responsabilidad personal del Ministro de Salud Julio Mazzoleni cuando ni si quiera el fondo destinado a la pandemia lo ejecuta? [8] Cual es la responsabilidad del Presidente de la República Mario Abdo Benítez – Zapatú un lado por el agravamiento del estado de salud de los pacientes de enfermedades catastróficas, o enfermedades de base susceptibles al virus? Cual es la responsabilidad personal del Ministro y el Presidente sobre los fallecidos por negárseles el tratamiento desde que empezó la cuarentena?
Quizás esto sea una respuesta: Estatuto de Roma [9], “Artículo 7. Crímenes de lesa humanidad. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por «crimen de lesa humanidad» cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque: k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física”.
Constituye solo omisión el abandono del gobierno a los pacientes, cuando han pasado 7 meses desde el inicio de la cuarentena, y el mismo ha violando por todo este tiempo su deber de manera sistemática? No son los enfermos una parte especifica de la población?, y el gobierno no tiene acaso conocimiento de ellos y sus reclamos diarios y permanentes?
Como el caso de la señora Liliana hay otros 172 casos graves que necesitan sesiones de radio terapia, personas que cada día ven como sus males físicos le consumen la vida. Y ven como cada día aparecen más denuncias desgarradoras en las redes sociales de otros prójimos en su misma situación. Cuantos miles de paraguayos ninguneados en su enfermedad? Y donde está la justicia que no los obliga a evitar la muerte de sus compatriotas?
En la mitología griega Tánatos era el dios de la muerte sin violencia, el encargado de llevar el cuerpo de los que fallecían al mundo de los muertos, así como cada día lo hacen estas autoridades.
El último acto lógico, o desesperado pareciera ser gritar a la opinión pública internacional, creyendo quizás que estos gobernantes criminales todavía tengan vergüenza ante otras nacionalidades, porque dentro del Paraguay, no tienen consciencia, mucho menos vergüenza, tampoco miedo. El actual gobernante del Paraguay, Zapatu un Lado, esta robando, sigue saqueando hasta los últimos zapatos antiguos y monedas depositados desde la guerra del Chaco (1932-1935) en el tesoro nacional del Paraguay.
Fuentes:
[1] https://www.dgeec.gov.py/news/news-contenido.php?cod-news=447
[2]https://www.ultimahora.com/joven-se-encadena-exigir-radioterapia-su-madre-n2905450.html
[3]https://www.ultimahora.com/importador-delata-bochorno-oculto-compras-insumos-china-n2882571.html
[8] https://www.5dias.com.py/analisis-macro/salud-publica-ejecuto-apenas-un-74-de-sus-fondos
[9] https://www.un.org/spanish/law/icc/statute/spanish/rome_statute(s).pdf
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