La empresa concesionaria del mantenimiento y la publicidad de las marquesinas de las paradas de autobús de Barcelona, JCDecaux, ha presentado una denuncia en el juzgado de guardia por la aparición de un cartel a favor de la pedofilia colgado en una parada de autobús de Barcelona.
El adjunto a la dirección de relaciones institucionales de la empresa ha explicado que el cartel fue retirado inmediatamente y la empresa ha abierto una investigación para averiguar quién abrió la cerradura del marco publicitario y colocara el cartel como si fuera una campaña real.
El anuncio, que fue advertido por el diario “Ara”, mostraba a una niña semidesnuda bajo la palabra “Libertad” escrita en mayúsculas. El cartel pedía: “envíanos fotos de cuando eras un niño sin ropa. Por una pornografía infantil libre de abusos”, y acababa con el eslógan “+18 Pedofilia Si Abusos No”.
Fuentes municipales han explicado que cuando el ayuntamiento tuvo conocimiento, a través de una llamada del mencionado diario de la existencia del cartel, ordenó su retirada.
El responsable de JCDecaux, que ha revisado todas las marquesinas de las paradas de autobús de la ciudad y ha comprobado que no hay más carteles falsos, ha señalado que la cerradura del marco de cristal en cuyo interior se colocan los carteles no estaba forzada, pero había sido sellada con silicona. También ha apuntado que para abrir estas marquesinas la empresa tiene una llave especial que fabrican ellos mismos. Todavía no tienen sospecha del autor de esta gamberrada.
“A veces nos han colocado carteles pegados con celo sobre el cristal de la cartelera, pero nunca lo habían abierto para colocar un cartel dentro”. Los servicios jurídicos del ayuntamiento de Barcelona están estudiando si también presentan una denuncia por estos hechos (Fuente: EFE)
Camboya es uno de los lugares donde más tiraniza la corrupción. Allí un crío sólo cuesta cinco euros y, por lo tanto, no es anómalo que un agricultor ceda a su hijo a cambio de dinero en efectivo, para conseguir la persistencia de la toda la familia. “Las desventuras de la niñez repercuten sobre toda su vida y dejan una fuente inagotable de melancolía en su corazón”, afirmó Pierre Brulat.
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