Teleformación

Teleformación

Ciertamente, la formación a distancia o telemática es una alternativa real para los estudiantes. Suele ser más eficaz en la enseñanza universitaria. Y lo es por razones fáciles de entender. Una de ellas es la mayor madurez y responsabilidad, en general, de los estudiantes universitarios en relación con los estudios que quieren cursar. También existe el Bachillerato a distancia con un buen rendimiento académico.

De todas formas, es evidente que son determinables ventajas e inconvenientes en la teleformación especialmente en la enseñanza media y no en la universitaria. En la UNED y  en otras universidades  a distancia el sistema de enseñanza es óptimo y los resultados académicos son excelentes.

En relación con las ventajas y desventajas son diversas.  En cuanto a las ventajas  se puede citar la fexibilidad en el espacio, ya que la teleformación hace posible estudiar desde cualquier parte.  La distribución de los tiempos de estudio es más flexible y abierta a las necesidades  o deseos de cada estudiante. Con la enseñanza telemática se estudia con un menor coste económico. Se parte de una cierta familiarización con las TIC. Existe un acceso permanente a los materiales disponibles.

Por otra parte, los estudiantes a distancia disponen de múltiples fuentes informativas ya que Internet es inabarcable. Con los correos electrónicos y otros sistemas de mensajes se pueden comunicar los alumnos con los profesores  de una forma sencilla y pueden realizar consultas y aclarar dudas con los docentes. Los sistemas telemáticos hacen posible, al menos en teoría, el trabajo colaborativo. También se puede realizar la evaluación continua de los alumnos.

Todo esto supone una serie de ventajas para los centros docentes. Y esto sucede especialmente, porque se puede acceder a muchos estudiantes con rapidez en el envío de los materiales a través de los correos electrónicos o de plataformas educativas de formación telemática.

Los inconvenientes de la teleformación especialmente en la enseñanza no universitaria son claros. La soledad de los estudiantes en el proceso de estudio. Posible sensación de nerviosismo por la continua interacción con el ordenador, en algunos casos. Aunque este problema tiene varias soluciones.

Mayor tasa de abandono y sobre esto los datos son incontestables. Los alumnos necesitan equipo informático adecuado, programas, etcétera. Se precisa en muchos casos un cierto conocimiento sobre las TIC y esto no siempre sucede. Los aprendizajes, según dicen los expertos, pueden ser incompletos y superficiales con interpretaciones simplistas y poco profundas.

También puede producirse una pérdida de información por razón de la dispersión de los esfuerzos y actividades a realizar. Incluso bastantes estudiantes pueden perderse en el maremágnum de información de Internet, ya que pueden no saber distinguir lo importante de lo secundario, etcétera. La falta de contacto directo humano es clave y no se tiene de la misma forma con la teleformación, ya que es un contacto virtual o no presencial.

Los diálogos a través de los correos electrónicos pueden ser farragosos por la cantidad de detalles a los que es preciso atender por parte de cada estudiante en su comunicación formativa con cada profesor. Y a todo esto hay que añadir que, por regla general, una parte de los alumnos siguen la estrategia del mínimo esfuerzo en su proceso de estudiar. A pesar de que todas las leyes educativas insisten de forma reiterada en la cultura del esfuerzo personal como una llave maestra del aprendizaje.

De todos modos, la teleformación en Secundaria es una opción que ya se está utilizando con buenos resultados. Especialmente, en la realización de actividades, repasos, redacción y entrega de trabajos escritos, resolución de problemas, etcétera.

Pero, no cabe duda de que la enseñanza presencial especialmente en la Enseñanza Media sigue siendo fundamental para los estudiantes. Las explicaciones en clase de los profesores son el mejor recurso pedagógico que se conoce, porque hacen posible la interacción de los estudiantes de cada grupo con sus docentes. Y el diálogo por los sistemas de comunicación telemáticos no es tan inmediato y directo. Por algo existe mayoritariamente la enseñanza formal reglada y presencial.

Se puede flexibilizar este tipo de formación en situaciones excepcionales y de un modo temporal, pero esto también requiere de una coordinación enorme entre profesores, estudiantes y familias y esto aunque es algo realmente posible  es difícil de conseguir.

En definitiva, la teleformación es un sistema de formación increíblemente útil en la enseñanza universitaria y en la enseñanza media puede ser útil. De todas formas, en los próximos meses y años hace falta organizar de una manera unificada la formación telemática en Secundaria.

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