Por Norma Montenegro Flynn
El Domingo de la Divina Misericordia, el 27 de Abril, será un día de felicidad para millones de católicos que celebraran las canonizaciones del Papa Juan Pablo II y del Papa Juan XXIII.
Estas canonizaciones serán especiales para muchos de nosotros porque presenciaremos la elevación a la santidad de dos papas de nuestros tiempos. Muchos de nosotros, de treinta años en adelante guardamos preciadas memorias del Papa Juan Pablo II y quienes sobrepasan los 50 años también puede que recuerden al Papa Juan XXIII. Ellos serán santos que vivieron entre nosotros y con sus acciones nos han mostrado como es un santo.
Al menos 250,000 peregrinos se esperan que llenen la Plaza de San Pedro y áreas cercanas para ver la Misa histórica presidida por el Papa Francisco. Ambos papas beatos nos han dejado grandes legados.
El Beato Juan XXIII, quien también era llamado afectuosamente el “Buen Papa” por su personalidad humilde y cálida, fue electo papa en 1958 y sirvió como tal hasta su muerte en 1963. Uno de sus grandes logros fue convocar el Concilio Vaticano Segundo que logró una renovación en la Iglesia y abrió camino a la unidad Cristiana.
Él también creó el Secretariado para la Promoción de la Unidad Cristiana en el Vaticano, y escribió varias encíclicas incluyendo Mater et Magistra, y Pacem in Terris, la cual aboga por la libertad y la dignidad humana en el mundo.
Dos de sus cualidades que me impresionaron más al leer sus reflexiones personales en el libro “Diario de un Alma” (Journal of a Soul) son su humildad y su constante búsqueda de la voluntad de Dios en su vida. La oración, particularmente el Rosario, fue una base fundamental en su vida, como lo fue su constante reflexión sobre sus acciones a fin de discernir y seguir el plan de Dios.
El Papa Juan Pablo II es recordado como el gran evangelizador y comunicador. Él fue electo el 16 de Octubre de 1978 y durante sus 27 años de pontificado, el llevó su mensaje de fe y paz a 129 países en todo el mundo en sus 104 visitas pastorales afuera de Italia; él realizó siete visitas a los Estados Unidos.
Gracias a su amor por los jóvenes él estableció la Jornada Mundial de la Juventud en 1985, uniendo a millones de personas en todo el mundo. La octava Jornada Mundial de la Juventud fue celebrada en Denver, Colorado, en 1993. El Papa Juan Pablo II también creó el Encuentro Mundial de Familias en 1994 y celebró el Año Santo en el 2000. Él fue reconocido por líderes mundiales por sus esfuerzos para erradicar el comunismo y las dictaduras alrededor del mundo.
También el Papa Juan Pablo II escribió 14 Encíclicas, 15 exhortaciones apostólicas y 45 Cartas Apostólicas. Además, celebró 147 ceremonias de beatificación, proclamó 1,338 beatos y presidió más de 51 canonizaciones nombrando 482 nuevos santos.
El Papa Juan Pablo II fu muy querido en América Latina, particularmente en México por su devoción a la Virgen de Guadalupe, a quien encomendó su pontificado. Él visitó México varias veces incluso en el 2002, a pesar de su salud en deterioro.
El Papa Juan Pablo II también encontró sufrimientos a través de su vida y aún durante esos momentos, el continuó dando lecciones de fe y esperanza. Él perdió a su madre cuando sólo tenía 9 años de edad, y perdió a su padre y hermanos antes de cumplir los 22. Uno se puede imaginar lo solitario que se habría sentido. Y durante los últimos años de su vida, el públicamente batalló la enfermedad de Parkinson. Muchos de nosotros recordamos verlo luchando para dar su mensaje desde su balcón ante las multitudes reunidas en la Plaza de San Pedro. El enfrentó su sufrimiento con dignidad y se esforzó por traernos su mensaje sobre Dios y la Iglesia hasta su muerte.
En los beatos Juan Pablo II y Juan XXIII tenemos perfectos ejemplos de hombres modernos y Santos. Esperemos que sus legados nos inspiren a llevar vidas de santidad; después de todo, la próxima generación de santos podría estar entre nosotros.
Norma Montenegro Flynn es asistente al director de la oficina de enlace de prensa de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
Fuente: U.S. Conference of Catholic Bishops
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