El enfrentamiento entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador y una parte importante de los medios de comunicación en México agudiza la polarización que se siente en un país confrontado y dividido.
El desplegado firmado por 650 intelectuales, periodistas, científicos, académicos, puso el dedo en la llaga sobre la delgada línea que hoy divide a México entre los que están “con el Presidente” o en “contra del Presidente”.
Diferir en estos tiempos, es ser calificado de cualquiera de los dos extremos como “prensa vendida”.
La prostitución y el regenteo de la información en los medios de comunicación mexicanos, siguen intactas y son transexenales.
Sucede que tenemos una ausencia evidente de medios independientes y una gran proliferación de “portavoces” y alfiles informativos que se disfrazan con rimbombantes nombres, que operan desde una fan page de Facebook o un perfil de Twitter.
Esto les basta para empezar a escribir columnas financiadas por los mecenas que se encargan de apuntalar los golpes contra sus adversarios políticos, mismos que están muy lejos de hacer periodismo o investigaciones, se trata de amarillismo que en repetidas ocasiones da paso a la difamación, violencia de género o intromisión en la vida personal.
Considero que este tipo de periodismo que seguimos viendo no sólo desde sexenios anteriores, responde a ese regenteo de periodistas, columnistas y reporteros que ceden a comercializar la información a cambio de garantizar convenios anuales que a su vez les permitan amarrar clientes en cadena.
Todo lo anterior me parece es una brutal muestra de la prostitución informativa que enfrentan una parte importante los medios de comunicación en México.
Estos escenarios se replican a nivel nacional, cuando el Presidente AMLO satanizó el desplegado de los llamados intelectuales a los que despedazó y situó como damnificados del salinismo y del calderonismo.
El mismo mandatario dijo que “ellos” tendrían que pedir disculpas, pero ¿será que piense lo mismo de todos los que estuvieron como él dice con el “neoliberalismo” y ahora son sus aliados?
Al Presidente se le olvida por conveniencia que aquellos otros medios a los que en el pasado sometió a su inquisición popular, hoy son con los que hace negocios, como: Televisa, TV Azteca, Grupo Imagen y algunos más que se suman a los nuevos porristas sexenales.
Los negocios y el poder trascendieron a esa prensa y medios de comunicación que serán enjuiciados, sometidos, amagados, consentidos o comprados, de acuerdo al lugar y momento sexenal por el que se encuentren transitando.
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