El gobierno francés develó el miércoles duras y “excepcionales” medidas anti-terroristas, a un costo de 425 millones de euros (492 millones de dólares estadounidenses) en un intento de garantizar la seguridad del país.
“Cero riesgo no existe y nuestro deber es actuar con la máxima firmeza” dijo el primer ministro francés, Manuel Valls, agregando que esa “acción contra el terrorismo es una pelea larga”
Durante una reunión de prensa, Valls anunció la creación de 2.680 nuevos puestos de trabajo, a lo largo de los próximos tres años, en los ministerios del Interior y de Justicia. En añadidura, un total de 122.000 policías, gendarmes y soldados franceses serán desplegados para proteger “lugares sensibles”, tales como principalmente centros religiosos.
Valls prometió mejorar el monitoreo de las redes de yihadistas, creando un archivo especial de personas ya convictas por actos de terrorismo. A este efecto, el gobierno inyectará 233 millones de euros y181 millones de euros en sus servicios del Interior y Justicia, respectivamente, en los próximos tres años, para apuntalar su misión contra-terrorista.
“Es un esfuerzo masivo crucial para garantizar la seguridad francesa. Estamos tomando medidas excepcionales proporcionales a las amenazas que estamos enfrentando” subrayó Valls.
El 7 de enero, dos hombres armados tomaron por asalto las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo, conocida por burlarse de los islamistas radicales. Los dos hermanos, Cherif y Said Kouachi, mataron a 12 personas e hirieron a varias otras en el tiroteo.
Cherif había sido anteriormente juzgado bajo cargos de terrorismo y cumplió 18 meses de condena en la prisión. Amedy Coulibaly, quien mató a una mujer policía y a otras cuatro personas en un supermercado judío, dijo que él coordino los tiroteos con los hermanos Kouachi.
Los tres hombres eran miembros de la misma célula yihadista parisina, que hace una década envió a jóvenes voluntarios franceses a Irak, para combatir contra las fuerzas de los EE.UU.
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