El gobierno de los Estados Unidos anunció el martes el cierre de la embajada siria en Washington, ordenando que su personal diplomático abandone el país antes del 31 de marzo.
Los servicios consulares de la embajada ya habían sido interrumpidos para el público. El anuncio coincide con el tercer aniversario del movimiento anti-Assad en Siria, cuando la oposición comenzó la revolución contra el gobierno de Bashar Al-Assad, lo cual condujo a una guerra civil.
El cierre de la misión diplomática de Siria en los EE.UU. se extiende a las otras representaciones consulares en los Estados Unidos, incluyendo las de Houston, Texas y Troy, Michigan, donde hay considerables comunidades y negocios sirios. Los funcionarios de la administración declararon que no era apropiado permitir a los representantes del gobierno sirio, considerado totalitario por los Estados Unidos, que estén proveyendo servicio consular alguno en los EE.UU.
A pesar del cierre formal de las misiones diplomáticas, la administración todavía no ha cortado todas las comunicaciones diplomáticas con Siria, dejando margen para una posible normalización de las relaciones entre Washington y Damasco.
La guerra civil en Siria ha cobrado las vidas de más de 150 mil personas desde el inicio del conflicto que comenzó hace tres años. Todos los esfuerzos diplomáticos con la mediación de los Estados Unidos y Rusia hasta ahora han fallado en alcanzar un acuerdo de paz. Se supone que los esfuerzos para resolver el conflicto sirio serán en vano y la situación va a empeorar con el deterioro de la relaciones EE.UU.-Rusia en torno a la crisis ucraniana. Este martes Rusia anexó formalmente a la Federación Rusa la región ocupada de Crimea, luego de la obvia manipulación del referéndum en la península, en violación a la constitución de Ucrania y al derecho internacional.
El embajador de Siria ya había abandonado Washington el año pasado, pero el personal diplomático se había quedado para manejar los servicios consulares básicos. De acuerdo con el Departamento de Estado, hay solamente unos pocos diplomáticos de Siria en Washington, a quienes se les exige que se marchen antes de la fecha límite del 31 de marzo. El personal administrativo deberá cesar todas las operaciones para el 30 de abril.
A esta altura, no resulta claro si los Estados Unidos van a adoptar una posición más dura contra Siria, al tiempo que se deterioran en general las relaciones con Rusia, pero la situación trae cada vez más reminiscencias de una nueva Guerra Fría.
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