Por caos (Khaos o “vacío que ocupa un hueco en la nada”) entendemos algo impredecible y que se escapa a la miope visión que únicamente pueden esbozar nuestros ojos ante hechos que se escapan de los parámetros conocidos pues nuestra mente es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del caos, con lo que inevitablemente recurrimos al término “efecto mariposa” para intentar explicar la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que terminarán por configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se está gestando en la Unión Europea.
El término “efecto mariposa” proviene del proverbio chino “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo” y trasladado a sistemas complejos como Flujos Migratorios, tendría como efecto colateral la imposibilidad de detectar con antelación un futuro mediato pues los modelos cuánticos que utilizan serían tan sólo simulaciones basadas en modelos precedentes, con lo que la inclusión de tan sólo una variable incorrecta o la repentina aparición de una variable imprevista provoca que el margen de error de dichos modelos se amplifique en cada unidad de tiempo simulada hasta exceder incluso el límite estratosférico del cien por cien (de lo que sería paradigma la imprevista llegada masiva de refugiados que ha colapsado países como Grecia, Hungría, Croacia, Serbia y en menor medida Austria y Alemania).
La Doctrina del caos constructivo en Europa
La Doctrina Carter inspirada por Brzezinski (1980), tenía como objetivo la implementación en Oriente Próximo y Medio del llamado “caos constructivo”, concepto que se basaría en la máxima atribuida al emperador romano Julio César “divide et impera”, para lograr la instauración de un campo de inestabilidad y violencia en la zona (balcanización) y originar un caos que se extendería desde Líbano, Palestina y Siria a Iraq y desde Irán y Afganistán hasta Pakistán y Anatolia (Asia Menor). Dicha proceso de balcanización de la zona tendría su plasmación en países como Irak , devenido en Estado fallido y desangrado por la guerra contra el IS; en la endémica división palestina plasmada en la imposible reconciliación nacional de las facciones de Hamás y la OLP; en la anarquía reinante en Libia con el wahhabísmo salafista instaurado en Trípoli mientras grupos takfiríes (satélites de Al-Qaeda), dominan tribalmente el interior de Libia y en la aplicación de la yihad suní contra el régimen laico de Al Assad y sus aliados chiíes, Irán y Hezbolá que por efecto mimético habría convertido ya al Líbano en un país dividido y presto para ser fagocitado por Israel y que tendría como efecto colateral el mayor éxodo migratorio desde la II Guerra Mundial.
Así, según ACNUR, desde el comienzo del conflicto sirio, más de 7 millones de personas estarían desplazadas dentro del territorio país y cerca de 4´5 millones se habrían convertido en refugiados, personas que abandonan su hogar y buscan asilo en países vecinos como Líbano, con más de 1 millón de refugiados (28 % de su censo); Turquía con cerca de 2 millones, Jordania con 700.000 personas (10% del total) y Egipto (700.000), siendo previsible un tsunami de refugiados hacia países de la Unión Europea. Mientras, los ministros europeos de Interior habrían adoptado por amplia mayoría el reparto de 120.000 refugiados ( el número de refugiados en la actualidad rondaría los 400.000 refugiados, lo que representaría el 4´5 % de su censo total) y EEUU aceptaría un máximo de 100.000 personas hasta el 2017, simples medidas cosméticas que no lograrán evitar el trágico drama humanitario que se avecina en un futuro mediato.
El TTIP y Wolkswagen
A comienzos del 2.013 comenzó su singladura el llamado Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en inglés) con el objetivo de “relanzar el intercambio de bienes, servicios e inversiones entre EEUU y la Unión Europea” y que podría atracar en puerto en el 2.016 tras culminar recientemente la UE y EEUU la últimas ronda de conversaciones. Sin embargo, en la letra pequeña de dicho Tratado aparece la introducción de la cláusula ISDS de resolución de conflictos entre Inversor y Estado en los acuerdos, cláusula que limita seriamente la capacidad de los Estados para luchar contra la crisis financiera y económica (las multinacionales estadounidenses podrían utilizar el ISDS para desafiar las regulaciones de la UE destinadas a proteger al público y al medio ambiente y demandar a los gobiernos europeos y así maximizar sus beneficios ).
Francia y Alemania ya expresaron serias reservas a la Comisión ante algunos precedentes en los que las multinacionales han impuesto sus criterios frente a los legisladores gracias a estos sistemas de resolución de conflicto inversor-Estado (en inglés, ISDS) y dado que el euro-Parlamento tiene potestad para tumbar todo el TTIP una vez hayan concluido las negociaciones, no sería descartable el rechazo de la mayoría europarlamentaria a la aprobación de dicho Tratado debido a una tardía reafirmación de la soberanía europeísta por parte franco-alemana coadyuvada por los efectos colaterales de la imposición de sanciones a Rusia. Y en este contexto, habría que situar la implosión del “affaire Volkswagen”.
Así, la Agencia estadounidense de Protección Medioambiental y el Estado de California acusaron a la compañía alemana de “manipular un software para enmascarar las emisiones de sus motores diésel producidos entre 2009 y 2015”, acusación admitida por el grupo alemán que estima en unos 11 millones el número de vehículos vendidos en todo el mundo con el software manipulado al tiempo que anuncia que destinará unas provisiones de 6.500 millones de euros en el tercer trimestre de 2015 tras caer el 30% su valor bursátil, lo que aunado con la multa impuesta por EEUU (estimada en unos 16.000 millones €), provocará que el grupo Wolkswagen obtenga resultados negativos en el presente ejercicio económico. Asimismo, quedará lastrada por el estigma de la desconfianza lo que tendrá como efectos colaterales una drástica reducción de sus ventas y una peligrosa descapitalización bursátil que obligará a la empresa a aplicar la política de la “optimización de recursos y maximización de beneficios” , doctrina que afectará especialmente a la planta central de Wolfsburg ( corazón y cerebro del grupo Wolkswagen con 54.000 personas trabajando en todas las áreas) y que por efecto mimético llevará aparejado el cierre de numerosas factorías en todo el mundo y una reducción brutal del 20 % de sus 600.000 empleados actuales), quedando de paso diluidos los efectos balsámicos del “Made in Germany”, otrora sinónimo de calidad, confianza y fiabilidad.
Por otra parte, la severa contracción del comercio mundial y la entrada en recesión de tradicionales importadores de Alemania (China, Rusia y Brasil), podría obligar a Alemania a abandonar el euro y retornar al marco con la subsiguiente desaparición de la Eurozona. Así, el estancamiento de los salarios reales, los ajustes fiscales y las tasas de interés reales relativamente altas limitaron fuertemente el consumo interno alemán, pero ahora, la cura necesaria para los males de la eurozona impondrá una mayor inflación en Alemania, prolongadas recesiones deflacionarias en los países periféricos de la eurozona y continuas transferencias de recursos oficiales hacia sus socios por lo que en palabras de Charles Dumas de Lombard Street Research London “volver a un apreciado marco alemán exprimiría ganancias, aumentaría la productividad y elevaría los ingresos reales de los consumidores, pues en lugar de prestar los superávits del ahorro a los países periféricos, los alemanes podrían disfrutar de mejores niveles de vida en su país“.
La OTAN y el retorno a la Doctrina Truman
Las bases de la Doctrina Truman o de la Contención, fueron expuestas por George F. Kennan en su ensayo “Las fuentes del comportamiento soviético “ publicado en la revista Foreign Affairs en 1.947 y cuyas ideas principales se resumen en la cita “ el poder soviético es impermeable a la lógica de la razón pero muy sensible a la lógica de la fuerza”. Así, tras la Cumbre de la NATO celebrada en Gales en el 2014, se acordó la continuación del Plan de preparación de la Actuación ( RAP en inglés) en respuesta a la actitud rusa en la crisis ucraniana y que se traducirá en el despliegue de “unidades de intervención rápida” ( Speardhead Force) en Polonia, Países Bálticos, Rumania y Bulgaria así como la asunción por los países miembros de la nueva doctrina ‘Smart Defense” (Defensa Inteligente), nuevo concepto operativo que implicará la cesión parcial de la soberanía de los países miembros a la coordinación de defensa con la OTAN así como el incremento de las partidas de gasto de los países europeos que sería de un exiguo 2% del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en manos de EEUU.(el 75% de cerca del Billón $ del total del presupuesto).
Dentro de este contexto, habría que situar la información de la cadena de televisión alemana ZDF en su programa nocturno ‘Frontal 21’de que “Estados Unidos planea desplegar en una base aérea del oeste de Alemania 20 nuevas bombas nucleares B61-12, cada una de las cuales tiene una potencia equivalente a 80 veces la que lanzaron en Hiroshima” añadiendo que “en 2010 el Gobierno alemán votó por no permitir que haya armas nucleares en su territorio pero la retirada no se produjo y las bombas serán reemplazadas por otras más modernas”. Por su parte, Thomas Hitschler, del Partido Socialdemócrata (SPD) informó que en los próximos años el Gobierno germano planea invertir alrededor de 112 millones de euros en el desarrollo de la base militar de Büchel y varios políticos alemanes han criticado los planes de despliegue de armas estadounidenses en suelo alemán por considerarlos una provocación contra Rusia al tiempo que la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, ya ha expresado su preocupación por la “flagrante violación de los artículos 1º y 2º del Tratado de No Proliferación” nuclear.
A ello, habría que adjuntar las sorprendentes declaraciones del ministro británico de Exteriores, Philip Hammond recogidas por el diario “The Telegrah” en las que afirma que “Londres podría acoger misiles nucleares estadounidenses en suelo británico en medio de las tensiones con Rusia”, lo que podría entenderse como el retorno a una carrera armamentista como la mantenida durante la Guerra Fría con la URSS ( reviviendo el proyecto Partnership entre los EE.UU y Europa para proveer al Reino Unido de misiles Polaris de julio de 1962) y que podría tener como efecto colateral una posible escisión en el seno de la OTAN.
Así, podríamos asistir al finiquito de la actual OTAN de la que surgirá una nueva estructura militar que estaría integrada por EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Países Bálticos, Polonia, Hungría, Bulgaria,Eslovaquia, República Checa,Rumania, España, Italia, Portugal, Malta, Chipre, Grecia y Turquía con el objetivo inequívoco de ser bloque de contención de los ideales expansionistas de Putin y por otro lado, el robustecimiento del Eje Berlín-París, liderado por Francia y Alemania y que tendrá gravitando en su órbita de influencia a los países de su área de influencia primigenia (Holanda, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Luxemburgo y Austria), fruto de la reafirmación de las soberanías nacionales francesa y alemana como estrategia defensiva ante la deriva del otrora “socio americano”, (reviviendo el Tratado del Elíseo entre De Gaulle y Adenauer (1.963), lo que conllevará un acercamiento político a Rusia (rememorando el viaje de De Gaulle a Moscú ,1966) y que se plasmará en la Ratificación de la Política de Buena Vecindad con la Rusia de Putin mediante la firma de acuerdos preferenciales para asegurarse el suministro de gas y petróleo rusos e incrementar los intercambios comerciales.
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