Más soldados armenios y azerbaiyanos murieron el viernes, mientras aumentaban las escaramuzas entre las fuerzas armenias y azerbaiyanas, informó Foreign Policy News.
La situación en Armenia se desestabilizó significativamente el 12 de enero, cuando Valery Permyakov, un soldado ruso de la base militar rusa ubicada en Gyumri, Armenia, masacró a una familia armenia de 6 integrantes.
Aunque el descontento de la población creció a causa del manejo del caso por parte de las autoridades – la policía armenia que logró detener al sospechoso en la frontera armenio-turca y lo entregó a la custodia del ejército ruso – la muerte del último de los miembros sobrevivientes de la familia, un bebé de dos meses de edad, en una unidad de terapia intensiva unos pocos días después, exacerbó la protesta de los residentes locales y la necesidad de tratar la relación militar ruso-armenia.
Miles de residentes armenios se sumaron a las manifestaciones públicas frente al consulado ruso en Gyumri y la base militar rusa 102, donde el sospechoso está detenido, exigiendo un justo juicio de Permyakov bajo las leyes armenias.
En forma proporcional a los eventos de Gyumri, aumentaron los reportes desde la línea del frente. Diariamente se produjeron reportes sobre supuestas muertes en la línea de contacto entre las fuerzas armenias y azerbaiyanas en la región de Nagorno-Karabaj. Hoy se informó que por lo menos dos soldados armenios fueron muertos. El Ministerio de Defensa armenio confirmó esas muertes, acusando al lado azerí de un intento de infiltración en el territorio de la República Armenia, en su distrito de Tavush. Los funcionarios armenios declararon que los soldados azeríes fueron rechazados, sufriendo fuertes bajas.
El Ministerio de Defensa azerbaiyano refutó las declaraciones provenientes de Ereván, acusando al lado armenio de lanzar el ataque contra posiciones azerbaiyanas. Funcionarios del ministerio dijeron que el ataque armenio fue repelido y las tropas armenias se retiraron sufriendo fuertes bajas: 12 muertos y 20 heridos.
Aunque hubo enfrentamientos entre las tropas armenias y azerbaiyanas en la frontera armenio-azerbaiyana, lejos de la principal zona de conflicto en la región de Nagorno-Karabaj, no son tan frecuentes como las escaramuzas a lo largo de la línea de contacto, donde están acumulados decenas de miles de efectivos, de ambos lados de la línea del frente.
Una de las razones por la cual el lado azerbaiyano evita los puntos muertos en su frontera con Armenia es el hecho de la membrecía de Armenia en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), liderada por Moscú.
Los miembros de la organización han prometido apoyarse militarmente entre ellos en caso de un ataque – algo similar a las obligaciones de los miembros de la OTAN bajo el Artículo 5 de su carta estatutaria.
Las continuas escaramuzas en la frontera de Armenia-Azerbaiyán bien pueden ser un intento deliberado de recordarle al público armenio la importancia de Rusia en su defensa, si es que se reanudara la guerra armenio-azerbaiyana.
La escaramuza es también eficaz para distraer la atención de los residentes de Gyumri de las exigencias al gobierno con respecto al principal enemigo – Azerbaiyán, el cual supuestamente comenzó el ataque.
Aunque es posible que Azerbaiyán lanzara el ataque del otro lado de la frontera de Armenia-Azerbaiyán, es altamente improbable que Bakú gastara recursos para intervenir en un momento en que Armenia está al borde de una crisis interna en Gyumri y crece el descontento público en torno a las relaciones ruso-armenias.
Bakú dejará, lógicamente, que los eventos en Armenia se desarrollen, desestabilizando de esta manera al gobierno de Sargsyan y sus lazos con Rusia. Rusia sigue siendo el principal aliado de Armenia en la región.
Armenia recibe armas rusas a precios descontados, a cambio de albergar bases militares rusas en su suelo. Muchos expertos creen que Rusia es también un garante de la seguridad de Armenia contra Azerbaiyán, quien ha prometido restaurar su control sobre la región de Nagorno Karabaj. Los gastos en materia de defensa de Bakú se dispararon hasta alcanzar en el 2015 la gigantesca cifra de 5 mil millones de dólares estadounidenses, una cifra que sobrepasa el presupuesto estatal de Armenia.
Rusia también es vista como el principal obstáculo para las conversaciones de paz, mientras continua interviniendo en los asuntos de los estados del Sur del Cáucaso. Durante la conferencia de prensa en Berlín con el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev, la canciller alemana Angela Merkel subrayó el rol de Rusia como un jugador desestabilizador en la región, declarando que Rusia “juega un papel” en exacerbar el congelado conflicto de Nagorno-Karabaj y que “Armenia y Rusia mantienen una posición común sobre el tema”.
Armenia y Azerbaiyán pelearon una guerra brutal por la región azerbaiyana de Nagorno Karabaj en la década del ‘90. Las tropas armenias pudieron desalojar a los azeríes de Nagorno Karabaj y ocupar otros siete distritos adyacentes. El cese de fuego puso fin a las hostilidades en mayo de 1994. Centenares de PDI (personas desplazadas internamente) azerbaiyanas fueron desplazadas. Las conversaciones de paz bajo los auspicios del Grupo Minsk de la OSCE, hasta ahora no han producido resultados sustanciales.
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