La economía española se ha basado en el último decenio en la conocida “dieta mediterránea”, (cuyos ingredientes principales eran el “boom” urbanístico, la exportación, el turismo y el consumo interno), fórmula que creaba excelentes platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y precio desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de caducidad impresa (2008), debido al estallido de la burbuja inmobiliaria y el hundimiento del castillo de naipes de la economía española.Sin embargo, existe el peligro de la aparición de un nuevo virus patógeno, (el DDD), con un ADN dotado de la triple enzima D (Deuda desorbitante, Deflación persistente y Desempleo estratosférico) que podría acabar por arrasar con todo rastro de brotes verdes en la economía española.
Deuda desorbitante
Según el Informe sobre la Sostenibilidad Fiscal 2015 de la Comisión Europea, la Deuda pública de España en el 2015 habría alcanzado el 100% del PIB nacional ( más de mil millones €), lo que representa un crecimiento imparable desde el 2005 cuando la Deuda rondaba el 42% del PIB nacional (casi 400.000 millones de €) pero sin las medidas cosméticas que el Eurostat permite utilizar a España, la Deuda total superaría el 280 % del PIB (más de 2 billones), cifra desorbitante que podría actuar como espoleta de una metástasis recesiva en la economía española. Así, aunque la Deuda privada habría pasado del 220% al 180% del PIB. según el director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI, José Viñals, “cerca del 40% de la deuda en España está en manos de empresas que serían incapaces de hacer frente a sus deudas a medio plazo a menos que hagan ajustes como una reducción de la deuda, de los costes operativos o de los gastos de capital,( “debt overhag” en inglés)”, lo que sumado a la debilidad de los bancos españoles, provocará que el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés a pesar de la bajada de tipos del BCE hasta el 0 % y la implementación de tipos negativos para la facilidad de depósitos que obliga a los bancos de la Eurozona a pagar por dormir su dinero en el BCE.
Deflación persistente
Según el INE, el IPC de Febrero del 2016 registró un descenso de 5 décimas respecto al mes anterior, con lo que la tasa interanual quedaría en el -0,8% y sumergiría a España en escenarios de deflación prolongada. Por deflación se entiende «la caída mantenida y generalizada de los precios de bienes y servicios durante un mínimo de dos semestres», y conjugada con una tasa de desempleo galopante tan bestial como la española podría dar lugar a la aparición de un cóctel explosivo de final incierto, (el DDD), ya que dichos factores económicos se retroalimentan. Así, las empresas se ven obligadas a estrechar sus márgenes de beneficios para seguir siendo competitivas lo que les impide mantener sus beneficios empresariales así como realizar las necesarias inversiones en Bienes Equipo y que tiene como efecto secundario una congelación o reducción del sueldo de los trabajadores que hace reiniciarse la espiral deflactiva, alimentada por la subsiguiente reducción del consumo. Así, asistiremos al finiquito del consumismo compulsivo imperante en la pasada década debido a la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores por la congelación de sus salarios o la dramática reducción de los mismos, lo que unido a la ausencia de la cultura del ahorro doméstico agravará la contracción del consumo interno.
Desempleo endémico
La OIT en su informe “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2016”, estima que el desempleo disminuirá en España hasta el 21,5% en el 2015 y se situará en el 21,3% en el 2017, cifras inasumibles para lograr un despegue económico prolongado. Por su parte, el FMI señala que “el ajuste económico español se habría producido mediante la caída de la producción y el incremento del paro, pero insuficiente en el lado de los salarios hasta fechas recientes”, por lo que receta un drástico recorte de los salarios nominales (brutos) del 10% y una rebaja de las cotizaciones sociales en 1,75 puntos para crear 1,2 millones de empleos.
Caso de que la Deuda Pública y privada prosigan su vuelo por la estratosfera, que los salarios sigan congelados o con incrementos inferiores al IPC,que el crédito bancario siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales a pymes, autónomos y particulares y no se aproveche la dilación en los plazos para reducir el déficit hasta el 2016 en incrementar la inversión en Obra Pública y reducir el desempleo, la economía española se verá abocada a un peligroso cóctel explosivo,(el DDD), cuyos ingredientes sería una deflación en los precios que impedirá a las empresas conseguir beneficios y a los trabajadores incrementar sus sueldos, una deuda pública desbocada y una Deuda privada imposible de asumir por las empresas así como unas tasas de paro estratosféricas (superando el 21 %), lo que podría generar una década de estancamiento en la economía española, rememorando la Década perdida de la economía japonesa.
Los comentarios están cerrados.