Supongo que todo oficio o profesión o práctica o actividad el actuante debe evaluarse y autoevaluarse. Imagino que en el campo del articulismo también debe suceder lo mismo.
Lo primero que hay que indicar, es que no se quiere batir ningún record, de ninguna olimpiada de acumulación de palabras-artículos, porque al final, no vamos a llegar a las decenas de miles de Umbral, Ruano, Alcántara, y, un largo etcétera. Diríamos, que es un género, para este escribiente, que está a mitad de camino, cruce de viaductos entre los hechos-datos-realidades, literatura, filosofía, metafísica y, otros saberes. Es hacer literatura-filosofía, sintetizando, con el periodismo, es hacer periodismo de filosofía-literatura, mezclado con multitud de tatarabuelos de muchas herencias. Información de realidades con literatura-filosofía, un escritor-pensador en la columna.
Salvo lo que la ciencia, en miles o en un tema, nos indique, que sería el mayor grado de veracidad-verdad, el resto de temas o cuestiones, todavía no se ha demostrado, que alguien, tenga la absoluta verdad, y el resto, la absoluta falsedad-error. Por tanto, pienso, que en todos esos temas humanísticos-filosóficos, que no son ciencia todavía, hay que aprender y aprehender de todo y de todos.
Por consecuencia, no puedo, no me gusta, no me agradan esas crónicas-artículos-columnas, que sacan los dientes de sable para machacar a un supuesto real-imaginario contrincante-adversario. En definitiva a otra persona. Pienso-siento, que el otro, es también una persona como mi carne-sangre-nervios-alma, y merece mi respeto-piedad-misericordia. Él-ella se equivoca, igual o yo, quizás menos que yo. Por tanto, siempre he creído que todo es como un carro, al menos, con dos grandes ruedas, las dos grandes ideologías-sistemas que explican ese algo, más un montón de ruedecillas.
Se puede hablar de un hecho-dato-concepto-constructo del pasado, de hace un milenio o dos, un siglo o dos, y, se está hablando más del presente del mismo presente. Quizás, ese sea el artilugio más importante del yo-nosotros en este mundo, somos esa mezcla-escultura-pintura de uno-muchos y naturaleza-cultura y metafísica. Emborracharnos en las palabras con tapas de frases-ideas, es muy peligroso. Y, existe mucha ebriedad en la cultura, cultura-periodismo… Saber que se está bailando y con qué música, puede ser importante, para no perder el horizonte de la estrella polar…
Decir-escribir-pensar-sentir aspectos de realidades, y que nadie se ofenda, al menos, no lo suficiente para que esa tarde el café le siente mal. No crean que es un artilugio intelectual pequeño. Eso, eso es lo que siempre he procurado, que incluso, el que no esté de acuerdo con una frase-ideas-concepto-dato-hecho que aquí se plasma, no todo el mundo puede estar en equilibrio con estas frases, docenas de miles se han plasmado en bits, ese ser bípedo racional, no se sienta herido, que no se vaya después del artículo sangrando el vinagre rojo por las piernas. Sino que se diga a si mismo, bueno este articulista, tiene en esto otro punto de vista, puede que en algo lleve razón. Porque en otra columna, mañana o dentro de cien días, si el Buen Dios le permite dar sombra, puede que esté totalmente de acuerdo en otros puntos de vista.
He leído, durante años, demasiadas columnas-artículos-crónicas, muy bien escritas en la oratoria y estética, o regular, todo hay que decirlo, con estilos de vanguardias o expresionismo o barroquismo o realismo naturalista, que han sangrado, quizás, las espadas hagan menos daño. Al final, antes de la batalla siempre están las arengas-conferencias-discursos-libros-mítines-ideologías mezcladas con el hambre o el temor al hambre-miedo-vulnerabilidad del presente-futuro. No es éste mi estilo, salvo excepciones, ni siquiera en la vida rutinaria-normal, de la calle, me gusta la polémica-discordia-enfrentamiento. Cosa difícil en un mundo tan irracional. No digo que de adolescente y la primera juventud, estuviese un poco propenso a ello, como todos, pero creo que menos que la media de la mayoría. Y, aquí en este ruedo de país, si no eres de ellos, si no estás contra los que van contra ellos, pues no eres de ellos, y nunca te dejan torear en la vida, es decir, nunca te dejan salir al ruedo de la cultura, a ocupar un pequeño papel, se cierran salidas profesionales. Y, y, llega el final, el último trayecto de la vida-existencia, y te sientes, que has perdido-fracasado, pero a quién se lo cuentas, quizás solo te queden Quevedo y Cervantes y Góngora y Rojas….
Llevan estar carnes y neuronas demasiada filosofía, demasiados sistemas filosóficos, para no ser consciente, de los distintos puntos de vista, lleva ya esta vida, aquí en este ovoide de agua y tierra, suficiente tiempo, para no saber que todo evoluciona, incluso el interior psicológico y filosófico, semántico y lógico y léxico y sintáctico. Todo cambia, todos los días nos movemos, este planeta y nosotros con él, no sé cuántos millones de kilómetros. No voy ahora a buscar ese dato exacto, que puede usted hacerlo, y que no añade demasiado a este vuelo de pájaro llamada columna.
No tengo que argumentar con sofismas o falacias, para convencer a nadie de nada. Expreso ideas y datos y conceptos y argumentos y razones, primero, para yo entender el mundo, pero intento no engañarme a mi mismo. Después, esto lo expreso en forma de palabras o de colores, y, lo ofrezco a los otros, modestamente, porque mi lugar en la cultura, es como el de una hormiga alrededor de un lago, lleno de todas clases de especies de grandes intelectuales. Pero ese es mi pequeño camino. Siempre he querido escribir artículos, siempre los he escrito, aunque sin título, y lo he ido plasmando en todas las formas literarias posibles. Ahora, ya con título y coda-desenlace-final, ya, plasmados en digitales de pizarra que vuelan por el universo Internet.
Escribo-publico en segundo lugar, como otros están en otras ONG, yo, yo estoy en la ONG del articulismo. Con estas frases, espero-deseo que se oferten pequeñas bebidas de café con hielo u horchata en los calores de los agostos de esta tierra, siempre, en tentación de caer en otro conflicto. Ofrezco a los otros, datos y preguntas, para que piensen-repiensen, perfeccionen las ideas y los artículos. Ellos y ellas, en muchos temas, sabrán más que este escribiente. Abajo, tienen comentarios para completarlos, dicho con el mismo respeto que yo, les ofrezco este espejo…
También, me gustaría, que este género periodístico, que para mí, es una forma de literatura-filosofía, me gustaría, pero no sé, si ya mis células tendrán suficiente tiempo, que alguna vez, sean reproducidos en grandes rotativos digitales o de papel-digitales. Ocupar, en algún oficio de la cultura, algún lugar, no la eterna invisibilidad de palabras-ideas-colores-formas. Supongo que será el mismo sueño, de miles, docenas de miles de columnistas que en provincias baten el cobre de las palabras y de las ideas. Y, como ellos, pues será un sueño-visión-deseo, supongo que imposible. Porque además, además ahora se observa cuántas audiencias se dispone en las redes sociales. Nueva palabra, nuevo concepto, nueva realidad interpretativa y cultural del mundo. ¡Ya hemos llegado a las mil palabras, se baja este telón…! Paz y bien.
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