Nos guste o disguste, las ideas o conceptos o enunciados o proposiciones son y forman parte de la realidad. Una realidad distinta, pero realidad mezclada con todo…
Puede ser paradójico, pero la vida humana, está hecha de ideas y conceptos y fórmulas y ecuaciones y… Creemos que el mundo solo es lo natural o la naturaleza, lo físico y lo material y lo biológico, en todas sus formas. O, también lo física material o natural o biológico, ahora desde hace unas décadas sabemos que existen cientos o miles de millones de galaxias, incluso, ahora, llaman/existe una realidad distinta, el universo invisible, energía y materia invisible.
También creemos que existimos nosotros, un ser que ha evolucionado, durante cientos/miles de milenios, un ser pensante y racionante y racionalizante, un ser, algunos creen que tiene solo razón y libertad e inteligencia, otros, que además tienen alma inmortal. Y, por fin, para muchos, la mayoría de la población mundial, de una manera u otra, creen que existe la metafísica, Dios, alma inmortal, sea en la forma oriental u occidental, eternidad para el ser humano…
Pero, además de todos esos grandes sistemas anteriores indicados, sin entrar si existe inteligencia racional natural extraterrestre en las galaxias, además, pensamos que existen ideas y conceptos. Las ideas y conceptos, son a semejanza de las especies animales o de las piedras o de la naturaleza, realidades, realidades de otro tipo, que nos influyen. Los hombres inventan o descubren o diseñan muchas cosas, pero también ideas. Las ideas forman y conforman parte del tejido esencial de nuestro ser, individual y colectivo.
Lo que diferencia a un ser humano de otro, a un colectivo de otro, es la mentalidad, el conjunto de ideas, que tiene sobre mil cosas. Algunas semejantes, otras diferentes. Toda esa realidad es y conforma lo real humano. Y, con esas ideas influimos en nosotros mismos, influimos en otros seres humanos, influimos en la Naturaleza, e, influimos/concebimos todo lo metafísico. Las ideas son también realidades, aunque sean de otro tipo. Ideas o conceptos o fórmulas o ecuaciones o imaginaciones o…
Julián Marías, plasmó en El País, del 27 de mayo de 1976, un artículo titulado: Martín Heidegger, en la muerte. Que nos habla de la influencia esencial de este pensador y filósofo, de su muerte, acaecida por esas fechas, de la realidad compleja de este ser humano, y, desde luego, nos indica, que aunque él, Julián Marías, no aceptaba toda su filosofía, pensaba que Heidegger, era un genio. Nosotros, aunque nos guste o disguste, algunas posturas de su ser existencial y vivencial e histórico, debemos aceptar, que para muchos, en esa tradición que viene desde Sócrates, Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Descartes, Kant, Hegel, está Heidegger. Ciertamente, existen otros cien nombres, solo en Occidente esenciales –habrá otros en Oriente, cosa que debemos aceptar, personalmente, yo modestamente, ya lo hice desde joven…-.
El pensar filosófico o filosofía, no es por el momento objeto de las ciencias sociales, he reivindicado durante toda mi modesta existencia, que multitud de temas, que ahora la filosofía trata, lo haga también la filosofía y las ciencias sociales. Pienso que sería un florecer del saber humano. Porque es/son las cuestiones filosóficas y metafísicas, lo que forman y conforman el pilar de todos los edificios humanos. Puedes ir a Oriente y a Occidente, al Norte y al Sur, y, todo el mundo te aceptará como verdaderas las ecuaciones de Maxwell o de Newton o de Einstein. Pero después, en cuanto al pensamiento profundo de todo, o de casi todo, tenemos diversidad de pareceres.
No voy a ser yo, quién denigre, el diferente sentir y pensar. Pero si unos dicen que las aceitunas son buenas y otros que no, unos que solo se degustan guisadas, otros con vinagre, aquellos con perejil, algunos crudas, aquellos solo en aceite. Se forma y se conforma el enorme lío que hemos ido padeciendo durante siglos y milenios. Las civilizaciones y culturas y macrosistemas ideológicos, en el mejor de los casos se toleran, en el peor caen en confrontaciones…
Y, este es el problema grave que tenemos ahora, y desde hace décadas, el poder demográfico y tecnológico, que la humanidad ha llegado a disponer, es capaz, no solo de infringirse enormes sufrimientos, el siglo veinte lo muestra y lo demuestra, sino que ahora, podríamos, en un error de cálculo o en una locura, podríamos extinguirnos a nosotros mismos como especie… Y, las ideas, que nos hacen vivir, nos hacen existir, nos hacen sobrevivir, las ideas, nos podrían matar, un suicidio colectivo mundial, un autosuicidio mundial de la humanidad –así de simple y así de sencillo, así de dramático, así de potencial realidad…-.
¿Qué solución, porque hay que dar esperanza…? Lo he indicado muchas veces, que se creen grupos de investigación multinacionales, que examinen, por temáticas o tratados, miles de cuestiones, docenas de miles de cuestiones humanísticas (filosóficas, estéticas, metafísicas, culturales, costumbres, morales, etc.), y, nos indiquen todas las respuestas, todos los argumentos, en forma sintética, en forma de la Summa Teológica, con esa metodología… ¡Pienso que esa sería una solución posible y real entre otras…!
Mientras tanto, seamos conscientes, que las ideas curan y las ideas matan, las ideas perfeccionan y las ideas imperfeccionan/desperfeccionan. Las ideas son esenciales, las ideas forman y conforman parte de nosotros mismos, del mundo, de nuestro ser. Las ideas que creemos son verdaderas, son o forman parte de nuestro ser, de nuestro cuerpo, de nuestra alma, de nuestra mente. Las ideas son como nuestros brazos.
Heidegger, un eslabón más en la gran cadena de Occidente, debe ser leído, y, quizás, también perdonado, igual, que también hemos hechos con otros pensadores del pasado. Porque los grandes pensadores, sus sombras, algunas son buenas, otras menos buenas. Paz y bien… ¡Sea consciente que usted está hecho también de ideas, aunque no solo de ideas…! ¡Se atreve poco a poco a irlas examinando, evaluando, analizando…! ¡¿Tiene usted el valor de hacerlo…!?
¡Eso es lo que hacen los pensadores y filósofos, ir examinando, cada década las propias ideas, conceptos, enunciados, proposiciones…!? ¡Por eso aciertan, a veces, se equivocan muchas veces, por eso Heidegger acertó y desacertó…!
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