Aparecieron grietas en el gobierno de coalición de la izquierda radicalizada griega, luego del acuerdo celebrado el viernes con los acreedores del rescate financiero.
Al tiempo que el primer ministro griego Alexis Tsipras, declaraba una victoria el sábado, por la extensión de cuatro meses de su programa de préstamos con los acreedores europeos, comenzaron a aparecer grietas dentro del gobierno de coalición.
El gobierno de Syriza ha estado haciendo campaña para finalizar el programa de rescate financiero, pero, en vez de eso, se ha visto obligado a aceptar sus términos. Como resultado, Tsipras está enfrentando presiones dentro de su partido. Varios prominentes miembros de Syriza han dicho públicamente que el partido debería honrar sus promesas de campaña.
Panagiotis Lafazanis, el ministro de Medio Ambiente, un franco crítico del rescate financiero, atacó duramente al principal prestamista del rescate financiero, Alemania, por insistir en que Atenas siga con las medidas de austeridad— un esfuerzo, que según él, fracasaría.
“Las líneas rojas en las negociaciones no pueden ser cruzadas — esa es la razón por la cual son rojas” dijo él al semanario Noticias Reales. “Si los alemanes optan por empujar el tema a una ruptura, provocarán consecuencias catastróficas para ellos mismos”. El disenso podría complicar la aprobación de las reformas revisadas en el parlamento, donde Syriza no tiene mayoría.
Gavrill Sakelaridis, el portavoz del gobierno, contestó el lunes en una entrevista televisada, que Grecia está todavía trabada en duras negociaciones con los prestamistas.
El martes, el gobierno envió su propuesta de reformas al Eurogrupo, los 19 estados miembros de la UE en la eurozona, y una respuesta está programada para el martes por la tarde.
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