La audiencia castiga a ‘El pueblo más divertido’ y, a pesar de trasladarse a las madrugadas, su salida de la parrilla es inminente

La audiencia castiga a ‘El pueblo más divertido’ y, a pesar de trasladarse a las madrugadas, su salida de la parrilla es inminente

El verano entra en TVE-1 con el concurso “El pueblo más divertido”, emitido los lunes a las 22,30 horas y que se enfrenta a pequeñas localidades en un concurso ligero de destreza física y agudeza mental.

El jurado, formado por Melani Olivares, Eduardo Gómez y Mario Vaquerizo (un tanto ninguneado), es el encargado de las valoraciones. En cada emisión, compiten dos municipios con pruebas de habilidad e ingenio, además de enseñar a la audiencia sus tradiciones, bailes y fiestas”.

Desde su inicio, ‘El pueblo más divertido’ se estrelló contra el muro de las cuotas de pantalla y cifras de espectadores. Con 1.407.000 espectadores y un 8,0% de cuota de pantalla fue el debut de este concurso. Malos datos que empeoraron en su segundo programa, 1.362.000 espectadores y un 7% de cuota de pantalla. El pasado lunes, ‘El pueblo más divertido’ ha bajado aún más. Pierde medio punto y se queda en un pobre 6,5% de cuota de pantalla y con 1 millón de espectadores. Un fracaso, la audiencia manda.

El concurso está presentado por  Mariló Montero (en la imagen) y Millán Salcedo, el espacio cuenta con la participación de El Sevilla, Silvia Abril, Josema Yuste, Edu Soto, Las Virtudes, Pablo Carbonell, Llum Barrera, Ana Morgade, entre otros.

Una serie chabacana y hortera. La “calzoncillada”, grotesca carrera en paños menores. Travestis y chistes zafios.

El plató, mejor acondicionado para un concurso musical que para lo que alberga, reúne a un público desenfrenado, a un jurado descentrado y a una presentadora con envanecimientos de estrella de pasarela en un ambiente de fiesta provinciana.

La atmósfera que se respira en el concurso pasa de ser bulliciosa a escandalosa a medida que avanza el programa y la algarabía acaba por imponerse. Con la respetable idea de buscar el pueblo más divertido, sus participantes confunden la fiesta con el ridículo y, en no pocas ocasiones, se evidencia la falta de gusto, la necesidad de protagonismo a cualquier precio y la seducción que causa, en algunos pueblos su participación en un espacio televisivo.

Veintidós municipios compiten para proclamarse el pueblo más divertido de España y ganar 100.000 euros. Cada uno, apadrinado por un humorista, debe convencer al jurado de que sus gentes saben tomarse la vida con alegría (Fuente: Telespectadores Asociados)

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