En el convulso panorama social y político español parece que es necesario resaltar el incalculable valor de una mirada atenta a la realidad. Y también sería positiva una actitud de respeto en relación con la diversidad de opiniones y reflexiones sobre múltiples aspectos del mundo en el que estamos inmersos. El análisis implacable de falsas ideas y prejuicios es otra de las tareas inexcusables, si se quiere lograr una sociedad más reflexiva y crítica, y a la vez más tolerante.
Y uno de los procedimientos esenciales es el respeto a las discrepancias, y la huida de un pensamiento único. La capacidad de razonar y matizar las ideas y los conceptos es lo que más se necesita actualmente, ante las perspectivas del futuro y los problemas del presente.
El libro de Josep M. Esquirol titulado El respeto o la mirada atenta, aunque ya se publicó en 2006 alcanza su segunda edición en la Editorial Gedisa en 2015. Algo entendible, si se piensa que el valor de la atención y de la mirada atenta describe la auténtica esencia de una consideración serena, reflexiva y tolerante del mundo en el que convivimos. Como escribe Esquirol:”Cosmovisión, la del respeto, que al ser asumida junto con la que ya es hegemónica, nos haría menos unidimensionales y más equilibrados, en un momento en que tanto la superficialidad como el desequilibrio son síntomas inequívocos de nuestra sociedad”. No puedo estar más de acuerdo. En efecto, se nota, a veces, pérdida de las formas y del respeto a las ideas de los demás. Es la muestra más evidente de las consecuencias de un materialismo consumista que desprecia lo profundo, el esfuerzo, la perseverancia, la tenacidad, el rigor, el mérito, la excelencia intelectual y artística, etc.
Es necesaria una ética del respeto que impulse el diálogo y la convivencia, sin crispaciones inútiles y contraproducentes, buscando un clima de entendimiento y comprensión que no supone que sean negadas, las posibles y enriquecedoras diferencias, respecto a innumerables ideas y planteamientos.
Para evitar y superar la superficialidad, desequilibrio y arbitrariedad de la sociedad, la consideración y la atención son los verdaderos ejes centrales de una nueva sociedad más respetuosa y a la vez más libre y flexible. No cabe duda que el conocimiento y el respeto se interrelacionan, ya que la ignorancia es, junto con otras cosas, lo que causa la desaparición de las actitudes respetuosas.
Debe aumentar el nivel de atención en la sociedad, y también en la actividad política cotidiana. Si así fuera, nos iría a todos mucho mejor en la compleja sociedad digital actual.
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