La crisis de los refugiados está alcanzando proporciones terribles y dantescas. La foto del bebé que ha muerto ahogado en el Mare Nostrum es una imagen que recuerda, que la pasada semana, han perecido ahogados en el mar, más de 700 personas que huían de la guerra y de los conflictos. Y en lo que va de año ya han muerto en el Mediterráneo más de 2.300 inmigrantes. Es una cifra aterradora. Y este lamentable drama humanitario está lejos de desaparecer.
Al contrario, se puede afirmar que va en aumento, ya que desde la costa de Libia muchos refugiados se lanzan en embarcaciones al mar para intentar llega a la costa italiana de Lampedusa. Porque el cierre de la ruta del Egeo ha provocado que se reactive más la salida desde Libia hacia la costa de Italia. Una ruta marítima mucho más peligrosa.
Las palabras de Martín el trabajador humanitario de la ONG alemana Sea Watch que recogió del mar al bebé ahogado son estremecedoras: “Agarré el antebrazo del bebé y puse su cuerpo entre mis brazos para darle calor, como si estuviera vivo…El sol brillaba en sus ojos amistosos, pero inmóviles”.
A ver si esta imagen, de una vez por todas, sirve para que las gobiernos de los países europeos pongan todos los medios posibles, que pueden ser muchísimos, para parar esta muerte masiva de personas en el Mediterráneo. Habría que enviar a estas zonas muchos más barcos de salvamento, y más medios aéreos de reconocimiento y avistamiento y ayuda.
Y también habría que controlar, de mejor modo, la costa de Libia. O, al menos, desde el aire, a través de drones o satélites espía, etc., ver que embarcaciones salen, y realizar un seguimiento de las mismas para proteger su seguridad. Esto puede parecer desproporcionado, pero es posible, y es un dispositivo más que complementaría y reforzaría la vigilancia marítima.
Lo que no puede ser es que se pongan medios escasos, si se tiene en cuenta la magnitud de lo que ya está pasando, y que irá en aumento este verano, con el buen tiempo. Ya que el flujo de refugiados que quieren alcanzar el territorio europeo por mar crecerá en estos próximos meses.
Incluso la Unión Europea, a mi juicio, tiene que dedicar mucho más dinero para atender a los refugiados y acogerlos. Y también para evitar que mueran ahogados en el mar. Es una necesidad humanitaria, y si hiciera falta la colaboración solidaria de Estados Unidos supongo que sería bien recibida.
La imagen de este bebé sin nombre, que ha sido entregado a la Marina Militar italiana para que compruebe, si queda algún pariente entre los supervivientes del naufragio en el que murió, es un símbolo del horror que están sufriendo los refugiados que parecen seres dejados a su suerte. El bebé será enterrado dignamente, pero lo que expresa permanecerá para siempre, y su imagen también.
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