La Fundación César Egido, de Quero, Toledo y su Museo de la Palabra está intentando que la UNESCO apruebe el día 23 de noviembre como Día Internacional de la Palabra como Vínculo de la Humanidad, International Day Of Words.
Teniendo en cuenta que en el mundo existen más de siete mil lenguas orales naturales, que existen más de siete mil millones de seres humanos, que existen, unas setecientas sociedades diferentes según los sociólogos, unas cuatro mil religiones y, diríamos, sintetizando una veintena de grandes culturas-cosmovisiones-religiones-metafísicas-civilizaciones en el mundo, y otras cientos derivadas de éstas.
Teniendo en cuenta el enorme desarrollo tecnológico-científico, y los grandes problemas existentes en el mundo, parece lógico y racional y prudente, que entre tantas efemérides existentes en el mundo, se intente imponer un día a la paz mundial celebrando la palabra-vocablo-idea-concepto.
Es absolutamente necesario que seamos conscientes que la paz, la paz mundial, la paz en cada geografía y territorio y sociedad y Estado, la paz entre todas las culturas y metafísicas e ideologías existentes en el mundo, sea un objetivo esencial.
Y la palabra, la palabra humana, con toda su riqueza y con todas sus ambigüedades, con toda su complejidad y con todas sus dimensiones, puede ser un instrumento de paz entre los humanos.
No se podrá alcanzar la paz, sin darle al ser humano su dignidad, la dignidad humana, para eso la necesidad de la aceptación de los Derechos Humanos, la libertad de conciencia, la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, y para todo ello, la palabra es esencial.
Puede que en el saber popular se hayan aceptado muchas entidades y realidades en el pasado que ahora no nos parecen humanitarias-morales, pero todavía, estimo y estimamos que quizás haya diferencias-marginaciones entre las personas por diferentes modos de entender-comprender la realidad, por diversidad de ideologías-culturas-filosofías-metafísicas-religiones.
La palabra-diálogo-argumentación-razonamiento puede ser un instrumento, si no es el único para que las personas, colectivos, grupos, sociedades, culturas, regiones de los Estados, Estados se entiendan y comprendan y toleren y viven en paz haciendo crecer todo tipo de riquezas, legales y morales.
Como decía la filosofía griega antigua, no sirve la filosofía que no intente curar algún mal humano. Me atrevería a consejar a este Museo y anexionado al futuro posible Día de la Palabra, y ya que esta fundación está realizando, ya lleva varios años, un concurso internacional en varias lenguas de microrelatos, que quizás deberían ser consciente de lo siguiente:
– Posiblemente existan en el mundo cientos de miles de escritores y autores actualmente vivos, en todas las lenguas y de todos los continentes, posiblemente de todas las calidades estéticas y conceptuales, que sus obras se perderán y se destruirán, que harán pequeñas ediciones, pequeñas publicaciones en el mar-galaxia de Internet, pero su futuro es la desaparición.
Personas que con mejor calidad o peor, se han dedicado y dedican una parte de su existencia a la palabra, y quiero creer que la inmensa mayoría, intentando incentivar los grandes valores de la humanidad, de los derechos humanos, de la dignidad de la persona, y lo hacen a través de la palabra.
Me atrevería a indicar a que este Museo Fundación de la Palabra, estúdiase la posibilidad de realizar un archivo-centro documental virtual, en el cual, toda persona escritora, con fama o sin ella, con alta calidad o sin ella, que escriba literatura, sea el género que sea, desde el periodismo al microrrelato o al ensayo o la novela, etc., de todos los saberes –literatura, artes, filosofía, teología, ciencia, etc.,- se le abriese una pequeña ficha y un curriculum, si dichos autores, así lo quieren y así lo piden.
De ese modo, puede quedar en algún lugar del mundo un Archivo Online de docenas o cientos de miles de autores, que todavía respiran y que todavía proyectan sombra, y al menos, cuándo dejen de hacerla, que llegará ese día, exista una pequeña esperanza, una pequeña huella, un pequeño silencio, un pequeño eco de su intento de realizar una materialización del pensamiento y de la observación a través de la escritura-palabra-ideas-frases-conceptos-enuncidos-imágenes-metáforas-adjetivos-verbos.
Quizás, todas las personas, de todos los oficios y profesiones y actividades, todas las entidades de todas las ideologías y filosofías y profesiones y actividades sociales y económicas, quizás todos tengamos ahora una posibilidad de incentivar, de poner un poco de aire y de olor y de tierra y de agua para que esta sugerencia sea aprobada por los organismos internacionales, y esta sugerencia sirva a la paz mundial, paz regional, paz social, paz de todos los humanos y de todas las culturas. Quizás, quizás usted, pueda contribuir anexionándose a este manifiesto y sugerencia. La paz que tanto necesitamos, la paz en este caso a alcanzar con la palabra, que en definitiva es la Cultura y la cultura.
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