Se dice que la Universidad de Southampton ha obtenido en laboratorio la capacidad de almacenar en discos de cuarzo, docenas de TB de información, y que permanecería dicha información intacta durante miles de años.
Se indica que desde el año 2013 se han hecho experimentos con este material y esta tecnología y ya hay conservado y grabado en estos discos de cuarzo la Declaración de los Derechos Humanos, la Biblia…
Si esta tecnología es posible, creo que debemos realizar algunas reflexiones:
– Es absolutamente necesario que dicha tecnociencia sea aplicable lo antes posible, en un doble formato para grandes instituciones, dónde se podrían almacenar miles de TB de información en distintos discos, y otra diríamos más débil, para las personas individuales, en las cuales, se pueda almacenar unas docenas de TB, y además tengan la posibilidad como los DVD actuales ser enviados a distintas personas e instituciones.
Si cada vez, existen más seres humanos, y por tanto, más capacidad creativa y de envío de información y documentación y de difusión de noticias de todo tipo, necesitamos que la gran riqueza acumulada hasta el momento, y la que pueda hacerlo en el presente y en el futuro no se pierda, exista una posibilidad de almacenamiento, eficiente y eficaz, para generaciones futuras. Porque al final, no sabemos que información o dato o argumento o razón actual podría ser útil dentro de cien años. Estelas de piedra con inscripciones de hace miles de años, son ahora esenciales para intentar entender esos periodos.
La cultura o la civilización humana, hasta el momento, se ha caracterizado, aunque porque ha almacenado mucha información, también porque se ha perdido o destruido mucha de ella. Seamos conscientes, que del mundo grecorromano, del siglo V antes de Cristo al siglo V después de Cristo, en mil años, solo se han conservado obras de unos cientos de autores, de los miles o docenas de miles que se cree existieron en diversas materias. Por poner un ejemplo.
Actualmente, por citar un sector, existen en el mundo, cientos de miles de autores plásticos de todas las disciplinas, sus obras estarán condenadas a la desaparición y la deformación y aniquilación, por tanto es absolutamente necesario que un sistema de conservación de la información, exista, para que al menos informativamente, datos y escritos e imágenes y fotografías de todas las obras de arte del mundo, sean mejores o peores, de todos los autores se conserven. Lo mismo aplicado a compositores, escritores, filósofos, etc., a todas las actividades del libro y a todos los saberes y a todas las artes y ciencias y filosofías y teologías y cultura en todos los aspectos…
– Se dice que se podría producir un “desierto documental actual” para los siglos venideros, porque actualmente, en estos últimos cincuenta años y en los próximos se está almacenando una enorme cantidad de información en sistemas informáticos, pero la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, ha realizado experimentos, y los DVD, solo tienen una vida útil de conservación de la información de quince o veinte años, siendo tratados correctamente, y que el resto de sistemas de conservación un tiempo similar, sin entrar en accidentes graves de pulsaciones nucleares o electromagnéticas, sin entrar en el problema de software o de interpretación o acceso a dicha información.
Por lo cual, parece necesario, imprescindible y urgente, que la tecnociencia actual, investigue y descubra un sistema de información, masivo, y que perdure en el tiempo varios cientos de años, un sistema que pueda tener una versión para grandes corporaciones e instituciones, con una gran cantidad de almacenamiento de datos, pero también se disponga de una versión más reducida, para utilización de las personas individuales, y que permita, a través de ese sistema, ser enviada a otras personas. Pero un sistema físico y material, como es este hipotético de los discos de cuarzo.
La solución de la “conservación en la nube”, sin negar sus posibilidades, y sus potencialidades, ni negar sus posibles desarrollos y aplicaciones, tendría también el problema que si las bases donde se conservan esa información, como se indica en cuevas, en posibles islas flotantes en el futuro, o en el espacio, o en el lugar físico equis que sea, si existe algún accidente grave, de distintas categorías o realidades, se podría perder una cantidad ingente de datos y de información y de cultura de la humanidad. Por lo cual, aunque este sistema de conservación de información deba y siga evolucionando y progresando, no parece que sea el definitivo, “acumular todos los huevos en una sola cesta es un enorme peligro”, como se diría en el mundo bursátil.
Estimo que esta tecnología, aunque no esté todavía en su forma más perfecta y perfeccionada, podría y debería ser enviada al mercado, empezarse a comercializar, para las grandes instituciones, y para la utilización de las personas individuales, a un coste asequible. Porque es la manera y forma, más clara y evidente, que la investigación se desarrolle más deprisa y más eficiente y útil, ya que parece ser que Rusia ha conseguido almacenar hasta 25 GB en dichos discos de cuarzo.
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