Georg Simmel es un filósofo y sociólogo alemán que se formó en filosofía e historia en la Universidad de Berlín en la que se doctoró en Filosofía en 1881.
Nació en 1858 y falleció en 1918. Se considera que es uno de los padres de la sociología. Entre sus obras destacan: Introducción a la ciencia moral, Filosofía del dinero, Sociología, Cultura filosófica e Intuición de la vida y Pedagogía escolar.
En su libro La cantidad estética elabora un ensayo sobre filosofía del arte. En frase de Simmel «El arte es nuestro agradecimiento al mundo y a la vida». Ciertamente, es evidente que una vida creativa es una existencia artística. Su interés por el arte se nota claramente en su juventud, porque escribió una monografía sobre Dante en la primera etapa de su vida. Y le apasionaba o interesaba tanto la música que realizó su tesis doctoral sobre su origen.
Para Simmel no cabe duda de que educación y filosofía contribuyen, de modo decisivo, al cultivo de sí o al desarrollo personal. En este sentido, sus planteamientos son plenamente integrables en el ambiente cultural del siglo XXI.
Las experiencias artísticas nos estimulan y causan estados anímicos que pueden ser maravillosos. Esto es algo que estudió analizando las vidas de grandes artistas o creadores como Miguel Ángel, Goethe y otros.
El arte, según Simmel, nos ofrece significaciones plenas y da totalidades de sentido frente a la fragmentación y caos del mundo cotidiano. En la comprensión de las obras de arte es indudable para Simmel que lo primordial son las relaciones entre las partes y el todo. Puede parecer que es una especie de interrelación circular, pero es explicativa de la significación de cada obra artística.
Como indica Esteban Vernik «Si el dinero hace cuantitativo lo cualitativo de la vida; el arte es uno de sus antídotos: hace cualitativo lo cuantitativo de la vida empírica». Desde la perspectiva de Simmel el arte trabaja con el sentimiento a través de las formas y del equilibrio entre luz y oscuridad de las formas espaciales. Especialmente en la pintura. La cantidad de sentimiento o de sensaciones que causa una obra de arte es una muestra del extraordinario valor del arte que cambia la realidad del sujeto que la experimenta.
Desde la interpretación de Simmel «El arte plástico no tiene en absoluto precisamente otro dominio más que la aparición, más que aquél que podría llamarse contenido cualitativo del mundo intuido». Se puede decir que lo esencial del arte es la pura aparición de lo bello y de la armonía.
En este orden de cosas, tal vez, la música es el arte más profundo porque puede conmovernos y transformarnos de una manera prácticamente instantánea, según considero. En las representaciones pictóricas, en cambio, y también en las esculturas y en la arquitectura la belleza de las formas también nos impresiona pero de otros modos que son diferentes.
En relación con la verdadera expresión creativa de los artistas Simmel escribe que: «La verdad de la obra de arte no es sino la veracidad del artista: que a la visión interna que tiene como artista la configura hacia fuera, sin permitir que se doblegue por influjo de otras esferas». Porque el arte por el arte y la libertad de los artistas creadores es una premisa básica en todo tipo de actividad artística.
Según Simmel, el impresionismo es el modo artístico que manifiesta mejor las apariciones de lo real en toda su magnitud y fuerza. Y es, con los matices que se desee, el principio del arte. Resalta que el dibujo en las artes plásticas es más importante que la aplicación de los colores a los lienzos.
Analizando La última cena de Leonardo da Vinci muestra Simmel que la fuerza y la significación del tiempo se puede expresar ya que escribe que «es creado en La última cena un concepto de tiempo enteramente nuevo, un tiempo que no es un receptáculo indiferente a todo simultáneo o adyacente cualquiera, sino el que reúne lo significativo y exigente en contenido sin importar cómo se ordena en el tiempo real». Las representaciones del arte crean nuevos simbolismos que hacen entender la profundidad de la realidad en relación con los pensamientos humanos y con sus anhelos, emociones y sentimientos.
Leonardo transformó con su arte lo temporal en atemporal dando significaciones internas de los objetos representados a través de imágenes que crean contenidos.
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