A raíz de la petición para una exposición en el Louvre de la Gioconda del Prado, como es costumbre en este museo la restauraron, y al restaurarla encontraron muchas similitudes. Tal es así, que han llegado los expertos a la conclusión que se pintaron en paralelo o al mismo tiempo, una por Leonardo y otra, por uno de sus discípulos.
Se indica que el análisis de las reflectografía infrarroja ha desvelado detalles idénticos. Además de otros análisis y comparaciones no solo de forma sino de contenidos y materiales, etc. Por lo cual, se ha llegado a la hipótesis, primero, que se hicieron ambas obras al mismo tiempo, una paralela a otra, y que debió realizar la original, la del Louvre Leonardo, y la del Museo del Prado por un discípulo al mismo tiempo. Véase artículo publicado por el Museo del Prado 200 años, con el título Estudio técnico y restauración de la Gioconda, Taller de Leonardo, con firma de Varios Autores, con fecha de publicación del 21 de febrero del 2012.
Ciertamente, no soy un experto, ni especialista ni en Leonardo, ni en la pintura de esta época, pero me he preguntado algunas veces, y por eso me atrevo a indicarlo, si además de la hipótesis del discípulo y la realización en paralelo, si debería la comunidad científica y artística, plantearse que las dos obras son del mismo Leonardo.
O dicho de otro modo, se conoce lo suficiente, sobre la personalidad de Leonardo y era una persona que estaba en constante búsqueda, creación, investigación, en definitiva, cambiar siempre nuevas formas y nuevas ideas… Por lo que podría entrar en sus posibilidades mentales, que hiciese por experimentar con la pintura, o con la óptica, o con la perspectiva, o con alguna manera de interrelación conceptual, realizar dos pinturas semejantes o iguales o casi idénticas del mismo tema y en el mismo momento. Para ver quién sabe la evolución de los materiales, de las pinceladas, de pequeña variaciones de color o de forma o de tono o…
Hasta donde se sabe y conoce, la obra del Louvre la llevó Leonardo consigo hasta el final de su vida, es decir, hasta Francia. Por lo cual, no cabe duda de que esa obra era de su autoría. Pero también hay que indicar que la mente de Leonardo era un enorme hervidero de ideas y de conceptos. No debemos olvidar, que era juicio común en su época, que no terminaba nada, por estar siempre comenzando y dejando, haciendo nuevas cosas, experimentando con casi todo, al menos a nivel mental, y que la Santa Cena de Florencia no la terminó o por someter dicha pintura a experimentos con materiales, hubo graves problemas en la finalización de dicha obra.
Por consecuencia, aunque existen testimonios que tuvo discípulos, e incluso que los encontraron haciendo copias de este cuadro o pintura. No podemos abdicar de plantearnos la hipótesis que aquí estamos reflexionando.
¿Enseguida se planteará, si eran las dos originales de Leonardo porqué no se la llevó consigo ambas?
Podrían haber sucedido realidades circunstanciales y coyunturales, además de los continuos viajes, además que quizás, incluso él mismo Leonardo, lo hizo adrede, e incluso hizo el repinte final, para tapar el paisaje, para observar, quién sabe, la aceptación del público o la negación, o el análisis del valor de la firma y la no-firma en el arte. Es decir, el gran valor que damos a una obra de un autor con firma, y ese mismo autor, realizar una obra y no situar su firma. Se ha visto en estos años con Banski.
Cierto que no soy un experto en Leonardo, pero si conozco lo suficiente, para creer que entiendo algo de su mente, y pienso que esta posibilidad, podría ser factible, o al menos, que los expertos y especialistas, esta hipótesis o posibilidad entre en sus posibilidades conceptuales y de estudio y de análisis… ¡Ahí y aquí dejo el guante lleno de colores…!
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