Es por el momento el único documento que se conserva del Guetto de Lódz, Empieza el diario, en cinco cuadernos, el 28 de junio de 1938 y termina el 15 de abril de 1943.
Comienza cuando el niño tiene quince años y termina cuándo alcanza la edad de diecinueve años, murió de tuberculosis. Vivía con él, su hermana que murió en Auschwitz, y sus padres. La primera edición fue de 1960 de los dos primeros cuadernos, escrito en polaco. Pudo haber otros dos cuadernos que se hayan perdido, quizás quemados después de la guerra, para calentarse. La primera edición en inglés se hizo en 1996.
En el Diario no solo hay reflexiones sobre la vida cotidiana, sino que tiene un cierto carácter de planteamientos sociales y políticos, ya que el autor, se consideraba marxista.
– Quizás debamos citar algunas frases de este Diario: “uno de los estudiantes de nuestro mismo grado murió de hambre y agotamiento ayer. […]”. (13 mayo d3e 1941). “Lo único que me importa es que haya sopa en mi taller” (3 de abril de 1942). “[…] Nadie puede estar seguro de nada hoy en día. Persiguen a los judíos en todo el Reich” (20 mayo 1942).
Este Diario junto a otros similares de otras personas, no solo el de Ana Frank que algunos de ellos hemos comentado en estos modestos artículos, nos enfrentan al problema del mal y de los males y de la maldad, que también hemos tropezado con ellos en las redacciones de estos microensayos, como Javier Gomá denomina a sus artículos periodísticos, creo que con una expresión feliz.
A veces, estimo que tenemos la sociedad actual un grave problema de desarmonía teórica y conceptual, por un lado las ciencias naturales y matemáticas y sus aplicaciones tecnológicas, son un enorme gigante. En menor medida, las ciencias sociales. Y, en una situación muy inferior, estarían el desarrollo de las humanidades, la ética y la filosofía, las artes, las teologías-religiones.
Por lo cual, se produce, diríamos unas graves desequilibrios, entre lo que podemos saber y hacer, en los campos de la Naturaleza, y en menor medida de las Ciencias Sociales, pero las ramas del saber, que pueden indicar un cierto autocontrol moral y ético sobre el “poder hacer”, la razón instrumental o técnica o económica, que son la filosofía y la ética, las humanidades y las teologías religiones, somos unos desvalidos, somos unos pobrísimos seres.
Tenemos un poder tecnocientífico enorme, en menor medida, un poder y conocimiento de las ciencias sociales también muy grande, pero el conocimiento de las humanidades-filosofía-teologías-artes, a nivel teórico y a nivel práctico es muy deficiente. Por lo cual, se producen enormes abismos, que nos llevan a enormes situaciones de “suicidio social”, de guerra, de violencia, de revoluciones-contrarrevoluciones, de crisis de todo tipo, de hambre, epidemias ya resueltas, etc.
– De todas las razones que explican el mal y la maldad, que Leibniz, nos indicó, los tres tipos de razones: el mal moral o humano, el mal natural o de los desequilibrios de la Naturaleza, o el mal de la deficiencia metafísica o la limitación ontológica, que es diríamos la gran síntesis sobre esta cuestión, sin negar otros añadidos y explicaciones. Además, de la razón del Mal como Tentador en el cristianismo. Estimo que en la explicación anterior, quizás la sociedad y humanidad, no nos hemos fijado lo suficiente…
Este artículo, si alguien le interesa, puede completar y complementar, con otros artículos del mismo autor, sobre otros Diarios de otras personas, en las mismas o similares circunstancias, y completarlos con una decena de diversos artículos sobre el problema del mal, con distintos títulos. Pero ahora me quiero fijar concretamente, en esta razón, porque pienso, o estimo, que es una de las grandes razones o causas.
Es cómo en la metáfora o símbolo muy antiguo que tenemos una cabeza muy grande, que sería la tecnociencia, teórica y práctica, disponemos de un torso más pequeño que la cabeza, que son el saber de todas las ciencias sociales, y tenemos, unas piernas raquíticas, con los saberes, que algunos denominan de sentido: es decir, la filosofía, humanidades, religiones-teologías, arte-artes, éticas-morales, ideologías, tanto en su dimensión teórica, como en su dimensión práctica. O dicho, de otro modo, en el saber teórico más racional y demostrado en esos aspectos de la realidad, como en las aplicaciones prácticas de esas realidades, por individuos, colectivos, sociedades, Estados…
¡¿Una de las soluciones es fácil, crear enormes programas de investigación mundiales en las ramas de la filosofía-humanidades-culturas-teologías-ideologías-moral-ética…?!
Para terminar este artículo, citaremos la última frase del Diario, de los que se conservan: “[…] No hay absolutamente nada nuevo en política. Una vez más, sin inquietud, siento una profunda melancolía. No hay esperanza, de que salgamos de aquí”. Pero en una de sus frases de sus Diarios había escrito: “Tengo tantas ganas de vivir y de sobrevivir”.
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